No es monopolio, es convergencia de ideas

Por Cruz Pérez Cuéllar

Una fuerza capaz de romper con la dictadura neoliberal que impera en nuestro país, por lo menos desde las últimas tres décadas, no puede ser otra que aquella que tenga el impacto nacional requerido y vaya acompañada no de un ideólogo o un puñado de ideólogos que mantengan embelesada a la masa, sino de un gran número de ciudadanos comprometidos y convencidos de la realidad política que vive nuestro país. Esa fuerza es precisamente la que trae consigo Movimiento de Regeneración Nacional.

A la vista no hay otro movimiento que tenga los tamaños para hacer a un lado a quienes han fungido como instrumentos de esa dictadura neoliberal, es decir, hablamos de la partidocracia tradicional, principalmente del PRI, PAN y PRD, que se han servido con la cuchara grande y que no hay distinción en sus formas de gobierno; bastaron los dos sexenios de Vicente Fox y de Felipe Calderón para darse cuenta que no hay diferencia entre una y otra expresión política; el Partido de la Revolución Democrática se sabe que ha sido un émulo del Revolucionario Institucional, sobretodo en la mala forma de hacer política y aunque ha tenido buenos gobernantes (todos los partidos los han tenido buenos y malos), tanto el PRD como el PAN no puede llegar más allá de los límites que le impone el propio sistema, así ha quedado demostrado en cada elección donde las alianzas perversas los tienen aniquilados (aquellas que aún sabiendo que perderán la elección sirven de contrapeso al enemigo a vencer y su participación electoral garantiza no su propia victoria sino la del partido cuasi hegemónico que los tienen atados). La reciente elección en el Estado de México es el ejemplo perfecto para justificar lo dicho anteriormente: el PRD, a través de su candidato Juan Zepeda, sabía perfectamente que podía hacer la diferencia, sabía que su alianza con Delfina Gómez, de Morena, haría destronar al invicto PRI, pero no se lo permitieron, los hilos que maneja la política actual manipula al PRI pero también a su oposición simulada representada por el PAN y el PRD, estos últimos hicieron comparsa sólo para dividir la votación y evitar que la elección se definiera entre dos fuerzas, muy pronto veremos el premio que les reservó el sistema a los candidatos de ambos partidos. Aunque Josefina Vázquez Mota, la candidata del PAN en esa elección de Edomex, ya tenía antecedentes a este respecto, cuando fue candidata a la presidencia de la República en el 2012, se dejó desplazar para debilitar a López Obrador. En los inicios de la administración de Enrique Peña recibió como premio a su lealtad casi mil millones de pesos que el gobierno federal destinó a una asociación civil creada por Vázquez Mota, ahora, después de la jugada de este año Podría suceder algo parecido, Del Mazo le estará muy agradecido. Históricamente el PRI y el PAN han dejado constancia de esa mancuerna, hasta comparten funcionarios, como es el caso de José Antonio Meade, que fue secretario en el gobierno panista de Felipe Calderón y lo sigue siendo en el presente del priista de Enrique Peña Nieto. Así es como funciona, así es como ha operado siempre.

De ahí que Morena se distinga del todo de la corriente izquierdista simulada que existe en el país, que de cuando en cuando da muestras de rebeldía y se permiten alzar la voz, incluso en contra del presidente, ¿Pero cómo no? si él mismo es un títere del mismo sistema, que lo mantiene en esa posición a conveniencia de todos los que se benefician del gobierno a través de jugosos contratos, de acuerdos multimillonarios, de posiciones políticas; dicho a la manera de Andrés Manuel López Obrador: es la mafia del poder.  Pero el espectáculo está medido, controlado, porque los partidos que deberían ser de oposición no van más allá de la simple crítica, no pueden, pero tampoco quieren porque entienden que ese es su roll en este juego.

El partido encabezado por AMLO pudiera considerarse por los oponentes políticos como una falla del sistema, aquel que debiera someterse a la tradición partidista no lo hace, no lo ha hecho hasta ahorita y no lo hará, porque no han entendido los de afuera que no es un simple partido político, es un movimiento iniciado hace dos décadas que tiene como fin primario la liberación nacional, romper con los esquemas políticos que nos mantienen atados a una forma de gobierno que no puede romper (ni pretende hacerlo) con la corrupción rampante ni con la inseguridad incontenible por las estrategias corroídas, por el bajo nivel de compromiso de los funcionarios del área de seguridad, por la infiltración del crimen organizado en las corporaciones hasta los niveles más altos; no pueden mejorar porque la costumbre de meter la mano al cajón están tan arraigada que quienes la practican no conocen la frontera entre lo correcto y lo permitido, el dinero público lo usan como si fuera propio y el poder político en beneficio de sus intereses personales.

Un servidor rechaza por completo la teoría de que López Obrador y Morena pretenden monopolizar a la izquierda mexicana, como si alguien fuera capaz de frenar el curso de las ideas, de impedir que la gente crea o no en determinada ideología, es cierto hay una influencia  muy clara, como ocurre en todas las manifestaciones políticas, pero nunca ha pretendido adueñarse del concepto, y mucho menos emparentarse con una izquierda radical que en otros países hace mucho daño al sistema social y económico porque lo invade y trata de suplirlo, generando la discordia social y un atraso de dimensiones catastróficas. Tampoco es una izquierda tipo progresista que les da lo mismo negociar con los ciudadanos que con los corruptos, con los malos que con los corruptores. No hay plena distinción entre este modelo y el bipartidismo, del cual nomas hemos conocido los mexicanos su forma de gobernar a nivel país.

Lo que es evidente es la real necesidad de hacer oposición a quienes se sienten dueños del país, solos y acompañados, la partidocracia en México ha caído en un bache que sólo puede ser rescatada por una fuerza distinta que no tenga vínculos con los partidos de siempre, que sea sinceramente incluyente para que converjan ahí los que no tienen cabida en otros grupos políticos, que sea tolerante con las diferencias de pensamiento y consciente de la causa común que los une; que sea totalmente abierta a la crítica  y noble para aceptar el reconocimiento o el éxito.

Esta muy claro que Morena representa esa opción y es oportuno que al interior se sepa que no todos los aliados a este proyecto pretenden militar en sus filas y de la noche a la mañana convertirse en los más fervientes izquierdistas, los aliados son eso, son quieres pueden ayudar a conseguir el objetivo final porque solo no lo podrá hacer, la cohesión social es indispensable para alcanzar la meta, así lo ha definido el propio adalid del movimiento y plasmado en los lineamientos básicos del proyecto de nación. De esa manera de pensar nadie podrá sentirse desplazado ni ver amenazado su espacio, como ocurre en otros partidos políticos, esa es la respuesta a una verdadera unidad que deberá prevalecer en todo momento, incluso, después de la victoria.

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Chihuahua no está descompuesto… está abatido por inseguridad

Por Cruz Pérez Cuéllar

Ora sí que se descompuso el estado, ora sí que no hay manera de decir lo contrario. O de plano el gobernador Javier Corral Jurado se pone a trabajar en el tema de la seguridad pública o mejor que reconozca que no sabe como resolver el asunto (y es muy comprensible pues nunca en su vida había trabajado en la administración pública como tal, su experiencia se asienta en la tribuna legislativa). La primera vez que escuchó o vio publicada una expresión parecida a la del comienzo de esta colaboración y cuya autoría se le atribuye al secretario de Gobernación Miguel Ángel Osorio Chong, el mandatario formuló en su defensa otra frase que dice que no sólo se ha descompuesto el estado sino que a la federación se le había descompuesto todo el país.

Pero hablando ya en serio, con números, con cifras oficiales (incluyendo las de la propia Fiscalía General del Estado), los hechos hablan por sí solos y la realidad palpable en el estado de Chihuahua revela el estatus de la descomposición a la que hemos llegado en los primeros ocho meses de esta administración estatal.

Otra vez hemos vuelto a esa etapa de violencia extrema, que a diario nos informa de ejecuciones múltiples en centros de diversión o bares, o incluso en lugares familiares y muy públicos, de encobijados, de personas asesinadas a sangre fría, de desmembrados o decapitados, de narcomantas, de secuestros, extorsiones y robos con y sin violencia, sobretodo con gran virulencia auspiciada por los crecidos niveles de impunidad, alentada por la incapacidad de la autoridad de hacerle frente a los criminales.

De acuerdo a cifras oficiales y que se tienen registradas solamente hasta el mes de mayo por el Sistema Nacional de Seguridad Pública se sabe que la estadística de delitos en Chihuahua ya supera más del doble del año pasado y que aspira a cerrar el año con el triple de homicidios, es decir con casi el 300 por ciento más que en el mismo periodo el año anterior.

Únicamente en los primeros cinco meses de este año se tienen registrados 6,838 robos, y 1,886 lesiones de distintos tipos y con diversas armas, agresiones que no han terminado con la vida de la persona; además a esto se suma el bochornoso dato de homicidios que al quinto mes de este 2017 sumaba 767 tantos; mayo precisamente había sido el más violento con 180 casos.

Las ciudades más pobladas como Juárez y Chihuahua son las que aportan más muertos y colocan al estado de Chihuahua entre los estados más violentos del país e incluso del mundo, comparado con países que tienen años envueltos en guerras, pero cuya cantidad de muertos es muy equiparable a Chihuahua donde no se nota un estado que haga frente a la matanza, mas bien se muestra complaciente al no hacer nada y dedicarse solamente a insuflar en el discurso su pobre acción social, obra pública, educación, salud y otros rubros.

Hace unos meses la revista Proceso en su versión digital publicaba la complejidad del asunto en Chihuahua que para colmo se colocaba casi en la cima como uno de los estado con mayor número de mujeres asesinadas. Destacó que en la zona norte habían cometido en los primeros cinco meses del año 30 homicidios de mujeres: 4 en enero, 9 en febrero, 13 al siguiente mes, 3 en abril y 1 en mayo (la publicación  se hizo el 24 de ese mes), esto de acuerdo con cifras de la propia Fiscalía General del Estado.

Estos se sumaron a los 19 crímenes que terminaron con la vida de mujeres, registrados en la zona centro: 6 en enero, 3 en febrero, 2 en marzo, 4 en abril e igual número en mayo; mientras que en la zona sur se habían reportado a esa fecha 9 asesinatos y 6 en la zona occidente.

En total, 64 asesinato de mujeres, algunas fueron secuestradas y torturadas, otras violentadas sexualmente, otras simplemente ejecutadas al estilo crimen organizado.

La reciente balacera en Las Varas, en el municipio de Madera, que dejó decenas de muertos; los memorables enfrentamientos de Rubio y Cuauhtémoc que igualmente dejaron múltiples cadáveres abatidos por las balas; los secuestros y asesinatos de mujeres, dos de ellas relacionadas a personajes de la vida política y empresarial de nuestro estado; los asesinatos de dos periodistas en la Capital, y de líderes defensores de derechos humanos en la Sierra Tarahumara; y cientos o miles de casos más que no se reportan y no figuran en las cifras oficiales de asesinato, secuestros, extorsiones, agresiones de diversa índole, violaciones, más los datos anteriormente citados hablan rotundamente de que nos encontramos ante un estado fallido, ante una autoridad incapaz de resolver la grave crisis de inseguridad que nos queja, y refieren la descomposición de un estado cuya máxima autoridad está empecinada en culpar al pasado, a la federación, a los representantes de los medios, a los empresarios, a todos, de lo que ocurre en su entidad sin admitir NADA, sin asumir una MÍNIMA parte de la responsabilidad. Pero no es posible.

El cuadro lo completa una actitud del gobernador Javier Corral que muchos han catalogado como indolente e insensible porque mientras han ocurrido muchos de estos hechos al mandatario se le ve jugando golf en Mazatlán o tenis en la Ciudad Deportiva de la capital, y no tiene ninguna pena en ocultarlo, eventos como estos muestran su frivolidad al exhibirlos en redes sociales.

En fin, el mandatario estatal y su gabinete de seguridad deben reconfigurar sus estrategias contra los grandes males que afectan a la sociedad chihuahuense y que ya no admite más discursos y decretos huecos que sólo sirven para distraer a la gente, necesitan acciones contundentes y que el gobernador les imprima una pasión igual o mayor a la que pone cuando juega golf o tenis.

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Hechos que delatan a un mal gobierno

Por Cruz Pérez Cuéllar

Históricamente, se ha establecido que la primer obligación de todo gobernante debe estar con el pueblo que lo eligió, o que conquistó democráticamente; y condenado ha sido también, a lo largo de los años, el gobernante que dedica su tiempo y recursos a tareas que sólo satisfacen su deseo de venganza, sus placeres (que por más lícitos que éstos sean entorpecen su responsabilidad). Porque justificarse en el pasado sin atender su compromiso presente hace que cualquier mandatario mantenga su atención fuera de la realidad y de las cosas que necesitan los ciudadanos, que en el caso de los chihuahuenses son muchas, pero sus demandas no han sido satisfechas porque quien ostenta la autoridad se dedica a todo menos que a gobernar.

En aras de una supuesta justicia el gobierno estatal actual configura su vendetta, con la detención de funcionarios de la pasada administración y el señalamiento de muchos otros que quizá merezcan estar tras las rejas, pero ese no es el punto, sino el hecho de que esta operación le quite el sueño al gobierno de Javier Corral, quien dedica sus esfuerzos y los de su gabinete a perseguir a sus enemigos políticos del pasado, a los del presente los mantiene a raya, los limita, y en algunos casos también se advierte persecución y represión, incluyendo a los del partido que lo llevaron a ganar el palacio de gobierno.

Pero este apetito desordenado en la manera de “hacer justicia” cometiendo una serie de atropellos, no hace más que demostrar que el gobierno y su gobernante no están ocupados en lo verdaderamente importante sino en lo que él considera importante. Al final de cuentas la sociedad habrá de juzgar a esta administración y los yerros que comete, y esa grave distracción que mantiene ocupados a las áreas jurídicas de todas las dependencias, para tratar de configurar algún delito a los anteriores funcionarios, y no se diga a la propia dirección jurídica que ocupa Maclovio Murillo y todos los abogados a su disposición; o la secretaría de la Función Pública que encabeza Stefany Omos, cuya función es específicamente esa, la de recibir denuncias y la de investigar los delitos que cometieron los funcionarios de la pasada administración (no se ha dicho nada de los graves señalamientos de los excesos de la presente, que también debería estar exhibiendo, sobretodo en el área de comunicación social, en materia de propaganda y marketing). Pero además está metido en el asunto en cuerpo y alma la Fiscalía General del Estado que representa César Augusto Peniche Espejel, quien pese a tanta inseguridad tiene ocupado a buena cantidad de ministerios públicos y agentes estatales que buscan ejecutar las múltiples órdenes de aprehensión conseguidas con el aparato Judicial, que catean, investigan y buscan pistas para encarcelar a los anteriores servidores públicos. La secretaría General de Gobierno a cargo de César Jauregui Robles, revisa constantemente expedientes al respecto y revisa la conveniencia política de fincar alguna responsabilidad en tal o cual funcionario público de la pasada administración, o exdiputado; el propio gobernador Javier Corral, ocupa su tiempo en la revisión constante de casos, y dicta las instrucciones convenientes a su juicio, para que el complejo aparato de investigación se avoque a investigar determinada intuición del licenciado en derecho que ahora lleva las riendas de la administración pública estatal.

Aquí faltaría por mencionar los recursos económicos y humanos invertidos en la difusión y en la comunicación oficial e informal de cada caso, que sin duda ocupa bastante tiempo al área de dirige Antonio Pinedo Cornejo. En fin, fácilmente podemos decir que medio gobierno está involucrado en esa tarea, que debe ser importante para la administración estatal, tanto que se distrae de asuntos de primera urgencia y que no admiten justificaciones políticas de ningún tipo, pues tienen que ver con la vida de los ciudadanos, con su bienestar.

Hago un paréntesis para resaltar que no critico el combate a la corrupción y excesos que se estén investigando, no me opongo a la detención de personajes que se hicieron de recursos públicos de manera ilícita; lo que señalo es la gran cantidad de manos metidas en el asunto, cuando existen necesidades que deben atenderse en el momento y no se hace por que la autoridad esta ocupada, ¿haciendo qué?, conformando expendientes, buscando pruebas, configurando testigos protegidos para que echen de cabeza a sus exjefes o excolaboradores. Los que deban dedicarse a ello, que lo hagan, pero que el resto de la administración se ponga a resolver los problemas urgentes de los ciudadanos, y por supuesto, los importantes que tarde que temprano pueden generar crisis si no se atienden hoy, tal es el caso del lamentable tema del desabasto de agua potable en las ciudades más grandes del estado; ciudad Juárez y sobretodo en Chihuahua capital.

En el centro del estado se evidenció a un presidente de la Junta Municipal de Aguas y Saneamiento, Mario Mata Carrasco, totalmente superado por las circunstancias, pero siguiendo el mismísimo ejemplo de su jefe estatal al culpar a la pasada administración de su propia ineficiencia, y declarar que los anteriores encargados de la JMAS no habían dado el mantenimiento correspondiente a la red hidráulica de la ciudad capital. Es decir, en ocho meses de la administración estatal no se había preocupado por revisar las condiciones en que recibieron el sistema de distribución de agua potable (esto, sin tomar en cuenta el periodo de transición, que también sirve para esa tarea, pero evidentemente en los cuatro meses previos a que esta administración asumió el gobierno, tampoco se les prendió el foco de revisar la red hidráulica y específicamente las áreas de bombeo).

Ahora, la crisis se hizo presente. La solución tardía hizo que vecinos de varias colonias de la ciudad de Chihuahua se manifestaran públicamente, en ciudad Juárez las quejas también se hicieron presentes (aunque acá el administrador de la JMAS es otro, aunque con la misma peculiaridad: incapacidad para resolver el problema con la inmediatez requerida). En Chihuahua fueron más de 120 colonias colapsadas, junto con un número similar de escuelas públicas;  el caos es previsible aunque indeseable por todos.

Hace unos días mientras en decenas de colonias de la capital lamentaban todavía el desabasto del vital líquido después de varias semanas, en la colonia Paseos de Chihuahua, al norte de la ciudad, se rompió una línea de abastecimiento principal de la cual se derramaron miles de litros de agua potable sin que el personal de la junta de aguas pudiera atenderlo de inmediato, tuvieron que dejar pasar varias horas porque no pudieron detenerla fuga, lo cual orilló a los vecinos de los alrededores a llevar garrafones y diversos recipientes al lugar donde brotaba la fuente para tratar de recuperar algunos litros, ya que ahí era el desparramadero de agua pero en los grifos de sus casas no salía ni una gota. ¡Increíble!.

La imagen pudiera resultar perturbadora si el esquema se repite en otros puntos de la urbe, si se prolonga la escases o la incapacidad para extraer el agua de los pozos.

Por sobre los demás servicios públicos, incluyendo el del transporte público, que tanto hizo mella al finalizar la pasada administración, y que tanto criticó el actual gobierno estatal, por sobre la luz eléctrica, la deficiente recolección de basura, la limpia de espacios públicos, la pavimentación o recarpeteo de la cinta asfáltica, la distribución de agua potable constante y efectiva es la principal necesidad de los ciudadanos.

Solamente creo que antes que el servicio de agua potable se impone otro, que también le corresponde al estado y a los municipios atenderlo, pero que también está por los suelos y es el de la seguridad pública, que cada día incrementa sus índices en cuestión de robo de vehículos, a casa habitación y a negocios, asaltos por doquier, pero sobretodo la ola de violencia por el tema de las drogas que genera homicidios todos los días y a toda hora, secuestros y extorsiones, entre otros delitos que impiden que el ciudadano pueda llevar una vida tranquila.

Entonces, la seguridad está por encima de otras acciones de gobierno porque el principal derecho que se debe respetar al mexicano, al chihuahuense, es el de la vida y la salud; y luego me parece que el servicio que no debe faltar, digo, con las condiciones naturales consabidas, es el del agua potable; y luego sobrevendrán otros, pero avocarse por completo y todo el aparato estatal a una tarea como la persecución de criminales políticos, me parece que desatiende lo primero, cuando se puede hacer todo a la vez, pero en su debida proporción, de manera ordenada, no en una alocada y desesperada campaña para tratar de ganar créditos políticos que de seguir así sumirá a Chihuahua en un caos que no debemos permitir, porque el más afectado es el ciudadano de a pie, no el encumbrado político o empresario que tiene el poder y los recursos para contratar una pipa para que le lleve su aljibe o tinacos, los de abajo son los que sufren las consecuencias de un mal gobierno, los que pagan los platos rotos.

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Una reflexión obligada en Morena

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Una derrota electoral, por poco o mucho es una derrota. Al igual que en los deportes el “ya merito” es más frustrante que una amplia diferencia; además, si le añadimos el ingrediente democrático, donde un solo voto es suficiente para declarar a un ganador o perdedor, y quienes juegan bajo estas reglas así lo debe respetar, creo que la discusión de los “por qué” (por qué no pudimos obtener más votos, por qué no logramos convencer a más ciudadanos, por qué no ganamos, si teníamos el mejor proyecto…) se deben centrar en ese pequeño marquen que impidió la victoria o infundió la derrota.

Me refiero obviamente a la elección del Estado de México y los factores que influyeron para que Delfina Gómez se esté debatiendo ahora entre la impugnación y demás figuras legales que se siguen cuando no hay conformidad con el resultado y que la autoridad electoral en este caso señala que la diferencia es mínima, pero suficiente para declarar vencedor del proceso al priista Alfredo del Mazo. En lugar de ello, podría estar cantando la victoria, porque así se pronosticaba, así se tenía contemplado ante una serie de fenómenos políticos ampliamente discutidos.

No estoy diciendo que no haya elementos para impugnar la elección, es evidente el fraude, están muy claros los excesos cometidos por el gobierno del Estado de México que encabeza Eruviel Ávila junto con el gobierno de la República que representa el exgobernador de esa misma demarcación, el presidente Enrique Peña Nieto, son suficientes para hablar de una competencia desleal y colmada de irregularidades reflejadas en el PREP.

El problema es que esa situación ya la conocían, tanto el candidato del PRD, Juan Zepeda  Hernández, el del PT Óscar González, la del PAN Josefina Vázquez Mota y la candidata de Movimiento de Regeneración Nacional, Delfina Gómez; todos sabían de antemano que el gobierno metería las manos por su gallo, antiética, amoral e ilegalmente por supuesto; pero para efectos prácticos, el que pretendía ganarle tenía que hacerlo contra el reflejo del sol, cuesta arriba y con hartas dificultades económicas, de guerra sucia, de coacción del voto, de mil y una marrullerías.

Se sabía que la convicción y el empuje debía ser mayor al planteado, que ya es mucho decir, porque por primera vez en 90 años el señor PRI en Edomex, estuvo a punto de caer, se le doblaron las corvas por algunos instantes, pero no cayó; sintieron frio hasta la médula en los propios Pinos, el verdadero war room de la campaña de Alfredo Del Mazo. La mínima diferencia no era suficiente, se tenía que ampliar la brecha para evitar el desgaste que implica la situación legal, y para ello se requiere de por lo menos otro elemento adicional a los implementados, a mi parecer es indispensable: una apertura genuina, precisamente como aquella que ofrece el dirigente nacional y que figura en el pacto nacional, diseñado tanto para pobres como para los ricos comprometidos con su país, obreros y empresarios, para el clero como para los librepensadores, a los de izquierda pero también a los cuadros provenientes de los partidos cuya ideología se sitúa en el centro y derecha pero que no forman parte de las cúpulas de los propios partidos y que mantienen intereses oscuros con la mafia del poder.

Esta condición está al alcance del proyecto implantado a nivel nacional por Andrés Manuel López Obrador. Desde que inició el movimiento fue sembrando en cada estado, en cada municipio del país aquella semilla de esperanza para que en breve Morena se convirtiera en el primer opositor, pero de inmediato se convirtió en una de las principales opciones políticas, a estas alturas la más atractiva para el 2018. Pero faltó cohesión, entendiendo que es una exigencia grande para tan poco tiempo de germinación de esa semilla.

La apertura genuina se debe dar de manera natural, sin los amarres acostumbrados por la partidocracia tradicional, pero con la intención de hacer equipo, de fusionar todas aquellas formas de pensamiento, aquellos talentos y aptitudes en un solo proyecto, que se impulse hacia un mismo lado, no como ocurre con los convulsionados partidos políticos de siempre, donde cada cual va por lado y es muy común ver que sus líderes avanzan en direcciones contrarias, así que los objetivos son difíciles de alcanzar o imposibles, de ahí que sus principios se conviertan en una quimera y sus fines una franca utopía.  Las polémicas entre las cúpulas tanto en el PRI como en el PAN (ya sea Manlio Favio Beltrones versus Emilio Gamboa Patrón, o ambos en contra del principal operador de Los Pinos;  ya sea Ricardo Anaya Cortés versus Margarita Zavala, que por cierto esta semana hicieron el oso con sus públicas y notorias diferencias).

En Morena, la reflexión es que no se puede seguir el mismo patrón, si a caso quiere romper de una vez por todas con las ataduras que mantienen al pueblo oprimido y sin posibilidad de desarrollo; acá, me parece que debe armonizarse la manera de trabajar entre uno u otro grupos, entre los militantes de cepa y aquellos a los que se abrió la puerta para impulsar juntos el proyecto; debe imperar una lógica simple: no atacar, no aislar a quienes pretenden y tienen posibilidades de apoyar al partido, porque ya no son agentes externos, están dentro por invitación, o convencidos por los ideales que pregona el movimiento y que los impulsó a tocar sus puertas. Creo que es un error estratégico dejar a un lado esos cuadros, o pero aún, como sucedió en diversos estados del país donde se le metió más ganas a atacar y señalar a dichos cuadros con más ahínco que contra el PRI y el PAN que son los principales detractores de Morena, no se debe desviar el propósito principal, sobretodo cuando, como dijimos párrafos arriba, se necesita un triunfo contundente que no deje lugar a dudas y para ello no es suficiente que una o dos manos (como sucede en los partidos tradicionales) sean las que empujen hacia delante, se requieren muchas más, sobretodo aquellas dispuestas y aptas para el trabajo.

El 2018 es clave para lograr el cambio que México necesita, pero no será posible sin una cohesión completa, difícil de lograr en tan poco tiempo, pero no imposible, no debemos ser tan ingenuos, la mafia del Poder era indiscutible que metería las manos en la elección del Estado de México, un Diego Fernández de Ceballos, un Carlos Salinas de Gortari, se frotaron las manos cuando vieron la oportunidad de hacer de las suyas en aquella elección en Edomex. En la siguiente elección no puede sucedernos igual, debemos ir preparados y juntos para no caer en la trampa, el enemigo permanece al acecho y la acción electoral deberá ser insuperable, inalcanzable, contundente, y que además es necesaria de lo contrario a estas fechas el año próximo nos estaremos lamentando con la misma cantaleta de: “ya merito”.

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Hoy gana Delfina Gómez

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Con prácticamente un empate técnico entre la candidata de Morena Delfina Gómez y el del PRI Alfredo Del Mazo, se celebra este domingo la elección para gobernador(a) en el Estado de México, ante un escenario que al inicio de la contienda se atonjaba imposible para la morenista, quien sólo contaba con un 5 por ciento de preferencias en los primeros sondeos, pero ahora la situación es  completamente adversa para el sistema que destinó todo tipo de recursos y estrategias para evitar que su candidato se cayera. Si la mano del presidente Enrique Peña Nieto como la del gobernador en turno del Edomex, Eruviel Ávila no irrumpen estrepitosamente este día en la jornada electoral (se sabe de antemano que estarán involucrados, pero se desconoce hasta donde) esta fecha será recordada por siempre como la estocada final al priismo que ya venía languideciendo desde las elecciones pasadas donde perdieron buena parte del territorio nacional.

Debido al margen de error algunas encuestadoras o medios consideran un empate entre Delfina y Del Mazo, como Reforma que en su último ejercicio le otorga la ventaja a la maestra con un 31.9 por ciento contra un 30.7 por ciento; sin embargo las encuestas internas de Movimiento de Regeneración Nacional son aún mas alentadoras pues la ventaja supera por mucho los cinco puntos de rigor y eso ocasiona que los mismos operadores y equipo de trabajo se mantenga con los ánimos encendidos, aunque es reiterada la recomendación de no confiarse ni tantito, porque saben que no van en una elección ordinaria, donde una candidata se enfrenta a otro, sino que la estrategia va destinada a destronar no únicamente al PRI, al PAN y al PRD, sino a todo el sistema, que se ha empeñado en dejar a uno de los suyos en la silla de gobierno en Edomex, puesto que ésta es la casa del propio presidente de la Presidencia y una derrota en el Estado de México sería como perder su propia elección.

Tampoco ignoran los grandes negativos que le carga el propio Peña Nieto a su candidato, por los múltiples casos de corrupción, por la incapacidad para erradicar la violencia que ahora regresa con mayores ímpetus en diversas zonas del país que se creían limpias, entre ellas Chihuahua, por la deficiencia de las obras que pese al gran recaudo de impuestos, a los gasolinazos y a otras fuentes de ingresos que le pegan a los bolsillos de los ciudadanos, no han sido capaces de cubrir las expectativas de la ciudadanía, sobretodo de los que sufren de mayor necesidad en el territorio nacional. En Chihuahua permanecen después de éste sexenio amplios polígonos de pobreza por ejemplo. Por eso no se verá extraño que el fracaso del gobierno peñanietista se vea reflejado este domingo en la derrota del PRI en el Estado de México (entidad que durante toda su vida ha estado dominada políticamente por el PRI, es decir, durante 90 años).

En un lejano tercer lugar ubican casi todas las encuestadoras (las de casa no, por supuesto) al perredista Juan Zepeda, que de acuerdo a Reforma en el último sondeo logró capitalizar un 16.8 por ciento de aceptación, casi tres décimas por encima de la panista Josefina Vázquez Mota; ambos casos son trágicos, el primero porque aun sabiendo que le será imposible remontar el marcador no aceptó unir esfuerzos con Morena para sacar adelante el proyecto que también es de izquierda, por la simple y sencilla razón de que las bases partidistas están cooptadas por intereses políticos que tienen eco en Los Pinos. La ventaja que mantendrían juntos sobre el priista sería tal que hoy, antes de que comiencen a caer los primeros votos, el triunfo de Morena estaría asegurado.

Cabe reconocer un crecimiento del candidato perredista bastante interesante, puesto que hubo momentos en que parecía que el Sol Azteca se desfondaría y quedaría en último lugar, pero si la intención de voto no falla, la candidata del PAN es la que se quedaría desplazada hasta la cuarta posición, en una circunstancia que ya se veía venir, en su momento en este mismo espacio lo advertimos, y en estos momentos podemos ver con claridad las consecuencias.

Es una verdadera lastima que el candidato del Partido de la Revolución Democrática no haya podido romper las ataduras que lo tienen asido a un proyecto sin pies ni cabeza y que tenía posibilidades de triunfo con el acuerdo de una alianza de facto, cediendo el paso a la maestra Delfina.

La situación de Josefina Vázquez Mota es patética, mientras la morenista ascendía, ella perdía terreno; como sucedió con el propio Del Mazo que al inicio de la carrera electoral su equipo se sentía muy seguro de ganar, porque decían: tenemos buen candidato, tenemos recursos (de sobra), tenemos el poder y en las preferencias sobrepasaba casi a todos los candidatos oponentes juntos. Pero el exceso de confianza, sobretodo el hartazgo de la gente hizo que cayera, hasta quedar por debajo de su principal opositora.

Pero además Vázquez Mota, se debe recordar, quiso mamar y dar de topes, como coloquialmente se dice, puesto que en el 2015 se vio cristalizado un proyecto personal financiado ni más ni menos que por el propio gobierno federal a través de su asociación “Juntos Podemos” que inicialmente  obtuvo una donación de 26 millones 113 mil 800 dólares, que equivalen a unos 414 millones de pesos, el recurso aparentemente estaba destinado al auxilio de los migrantes mexicanos  en Estados Unidos, nadie lo ha podido comprobar, al año siguiente se vio reforzada por el gobierno de Peña Nieto con otros 486 millones de pesos, con lo que se acumuló una bolsa total de unos 900 millones de pesos.

Es impensable que después de dicho amasiato con el gobierno (que fue hecho público), la panista también excandidata presidencial hubiese quedado bien parada ante la ciudadanía que ahora está mejor informada y más preparada para evitar el engaño y la burla. Naturalmente las encuestas la mandan a la lona, porque no tienen nada que ofrecer, no tuvo en toda la campaña calidad moral para pedir el voto; ni tampoco contó con la credulidad el pueblo que antes daba entrada a la promesas vanas, ya sea por temor o por costumbre, pero ya no.

Quien vino a meter su cuchara al finalizar la campaña fue el expresidente Vicente Fox, quien impulsó en su momento la campaña de Enrique Peña Nieto y hoy se sabe de lado del poder. Pidió el apoyo ciudadano por Alfredo Del Mazo, un desatino que lejos de generarle activos al candidato tricolor, seguramente lo hundirá un poco más. Como ya lo hemos dicho, en el consciente colectivo está presente el juego perverso del poder, en donde los partidos políticos de siempre se venden por separado, con sus diversos ideales y proyectos, pero en el fondo terminan exactamente donde mismo. El expresidente Vicente Fox no es más que un lastre de la política mexicana como lo son seguramente varios de los expresidentes priistas.

Este domingo se define no el futuro del Estado de México, se define el porvenir del país mismo, ya que la derrota del PRI será suficiente para de una vez por todas sepultarlo ya que su praxis política ha dado de sí desde hace mucho tiempo, pero se resisten aceptarlo, y es urgente cambiar de modelo político, y qué mejor que sea a través de una propuesta ajena a la desgastada partidocracia tradicional. Hoy gana Morena, hoy ganamos todos los mexicanos.

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Congreso encaramado a Corral

Avatar RegistroPor Cruz Pérez Cuéllar

Lo que se veía muy claro al inicio de esta LXV Legislatura ahora no lo es tanto. Aquello que se vislumbraba como el que sería el modelo democrático que tanto pregonan los partidos políticos pero nunca lo han establecido, era una promesa de una verdadera separación de poderes. Al menos se notaba el deseo de marcar su raya entre el Congreso del Estado y el Palacio de Gobierno como no había sucedido nunca, pero los últimos acontecimientos ha regresado a la triste realidad a los diputados locales que podían haber hecho la diferencia (o pueden hacerla), pero últimamente por comodidad, complicidad, temor o definitivamente por sometimiento la mayoría panista ha permitido que el ímpetu del Ejecutivo arrase también con ese rinconcito de poder que se creía exento de la rapacidad política del gobernador Javier Corral que de demócrata sólo le quedó el nombre.

La separación de Miguel Latorre de la coordinación de la bancada del PAN es la consecuencia de no haber seguido las directrices que surgían desde palacio para el asunto de la elección del titular de la Auditoría Superior del Estado, que no es noticia pero que demuestra la verdadera faz de este gobierno que no admite contradicción de sus subalternos, pero tampoco de las esferas que se entienden son independientes por Ley pero que la praxis política las ha mantenido unidas, unidas en torno la dirección del mismo jefe del Ejecutivo Estatal, así lo ha sido en el sistema priista por siempre, pero los es ahora también con un gobernador emanado de siglas diferentes al partido hegemónico.

Sin embargo es muy interesante ver cómo esta legislatura pintaba (aunque no descarto que todavía pueda sacar la casta y hacer lo que otras legislaturas no han podido) para fungir como modelo en este  tema.

Desde antes de que iniciaran formalmente actividades los diputados actuales, en octubre del año pasado, se sentían vientos distintos con declaraciones que advertían que este Congreso no estaría sometido a las decisiones del gobernador, claro, jugarían con el consenso y el acuerdo (el estira y afloja para que cada uno tuviera su raja política) como sucede en la política tradicional, pero no estarían sometidos a la dirección del Ejecutivo. Y el primer asunto que los llevó, si no a confrontarse por lo menos sí a disentir, fue el de las mentadas fotomultas que el gobernador Javier Corral se comprometió a desaparecer en campañas pero cuando se sintió seguro en la silla gubernamental, comenzó a echarse pa’ tras, como los meros machos, tal como lo hizo con su promesa de eliminar las colegiaturas en las universidades. Pero quien sería el próximo coordinador de los diputados del PAN, Miguel Latorre, señaló entonces que “sería una falta de respeto” para los ciudadanos que el gobierno mantuviera operando las fotoinfracciones; también lamentó que el mandatario no fuera capaz de sostener su promesa de eliminar las colegiaturas onerosas de la universidad pública. Hasta aquí la cosa pintaba como que la situación serían totalmente diferente, y que el Congreso no se agacharía en los dos años de esta legislatura.

Las diferencias entre lo que decía el gobernador y lo que opinaban los diputados del PAN, sobretodo los que no estaban plenamente identificados con el gobernador (todos excepto Blanca Gámez), daba la sensación de que estábamos hablando de un Congreso completamente independiente, que sí llevaba por supuesto sus acuerdos con el mandatario para permitir que los proyectos de Palacio de Gobierno avanzaran; sin ser oposición la bancada del PAN se mostraba fiel a su partido y las directrices fundamentales que de ahí emanasen aunque no sometidos a la voluntad del gobernador, como lo mandata también sus propios estatutos, que piden fidelidad política pero no sumisión perfecta la figura de quien le tocaba ostentar el poder.

Hasta el ciudadano común podía reconocer una cierta evolución, porque si bien hay discrepancias entre uno y otro poder, los del propio partido se mostraban siempre respetuosos y constructivos a la hora de formular la critica al programa o decisión oficial que fuera.

Pero vinieron las remociones, los relevos inesperados, las imposiciones; la primera de ellas ocurrió al relevar al presidente del Tribunal Superior de Justicia, Gabriel Sepúlveda Reyes, quien era un reducto del sexenio anterior, y no debía, no podía jugar en el campo que ahora se pitaba de azul. La manera de despojarlo de su investidura, como presidente la de magistrado aún la conserva, fue a través del Congreso mediante acuerdo, Latorre y los otros 15 diputados del PAN concederían al gobernador esa jugada, porque además se antojaba natural, propia de la nueva etapa política que vivía el estado.

Pero más adelante vinieron más cambios, cada vez menos legales y más políticos, como el de la remoción del Auditor Superior del Estado Jesús Manuel Esparza, quien se disponía al inicio de la administración corralista a terminar con su último año al frente de la ASE (se encontraba ahí desde el 2010). El 30 de enero de este año fue obligado a renunciar luego de una sarta de amenazas, con fundamento o sin el, pero al fin amenazas, dejando el cargo para que lo ocupara como interino nada menos que quien se ocupaba de las finanzas del gobernador Javier Corral en la campaña, Armando Valenzuela.

Vaya, aquí tampoco los diputados quisieron romper lanzas con el Ejecutivo, que ordenaba abrir cancha a su pupilo, pero para los legisladores no había problema ya que pronto se llevaría a cabo una justa y legal designación… Dos meses después a que Valenzuela comenzó a despachar “provisionalmente” en la ASE, los diputados locales se entrevistaban ya con los aspirantes a dicha importante posición que dependía completamente del Congreso.

El 6 de de abril Ignacio Rodríguez Bejarano fue electo, apenas alcanzó a cobrar la primera quincena y luego, de manera burda, le fue impedido el ingreso a las oficinas de la Auditoría Superior por órdenes del gobierno estatal, se le amenazó con llevarlo a la cárcel por usurpación de funciones, y luego, se repitió la historia, tuvo que renunciar.

Es cierto, Rodríguez no contaba con los requisitos adecuados para asumir el cargo, sin embargo fue electo por la mayoría de votos, el puesto ya era de él. Los diputados locales no tuvieron la capacidad, las ganas de enfrentarse al Gran Elector, quien al menor rechazo señala, amenaza, ladra, pero también muerde… Podían haber repuesto el proceso y haber elegido a quien ellos creyeran idóneo para el cargo, vaya, uno que no hubiese sido candidato, o que incumpliera con los requisitos de la convocatoria, pero no lo hicieron, tuvieron miedo, y dejaron que les ensartaran de nuevo a Armando Valenzuela, quien ahí sigue despachando, cobijado por el poder abusivo del jefe del Ejecutivo estatal que en ello, en poco o en nada se diferencia del que disponen los dictadores sudamericanos.

Como premio de consolación les dejaron el Consejo de la Judicatura del Tribunal de Justicia del Estado, donde fue nombrado Joaquín Sotelo Mesta, concesión, como se sabe, no es gratuita porque tendrá que aceptar a una serie de recomendados so pena de correr con la misma suerte que el presidente del Instituto de Transparencia, Rodolfo Leyva Martínez, quien fue depuesto por no haber dado entrada a un recomendado de Palacio de Gobierno.

Ahora los diputados locales, sobretodo los que hacen mayoría (puesto que son los que tienen la última palabra a la hora de la toma de decisiones que tienen que ver con el pleno) subyacen agazapados, taimados, esperando el sopapo, despojados de todo poder, del único poder que podían decir que era suyo, esperando instrucciones pues saben que no pueden hacer nada sin que se entere el gobernador; pero también tienen la opción de demostrar lo que en un principio intentaron, sólo que ahora con mayor gallardía y con mejor asesoramiento, escudados en la independencia de los poderes, en las leyes mismas, en la fuerza política que tienen, y en su dignidad que ha sido pisoteada y humillada por quien debería mirarlos como iguales y no como a una dama de compañía que somete a placer cuantas veces quiere y de las formas que más le apetecen.

Sugerencias y comentarios favor de hacérmelos llegar a mi correo: cruzp@terra.com.mx

¡Chihuahua en llamas!

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No es muy temprano para comenzar a exigir la renuncia del fiscal César Augusto Peniche Espejel, ante los magros resultados en materia de seguridad pública en el estado, ante el espasmo e inamovilidad en la que permanecen los cuerpos policíacos a cargo del titular de la Fiscalía General; al contrario, me atrevo a decir que estamos a buen tiempo de recomponer el barco, y por ello creo que se deben hacer ya los cambios oportunos en esta área y dejar que alguien más venga a atender el grave problema en el que está sumido Chihuahua.

Lo sucedido en la última semana debiera poner los pelos de punta a cualquiera, a cualquiera que sepa que en Chihuahua no es posible transitar de un municipio a otro porque los grupos de la delincuencia organizada tienen dominadas las rutas, precisamente que corresponden al trasiego de la droga. Y no hablamos de los municipios intrincados en la Sierra Tarahumara, aquellos que se sabe desde hace tiempo que no existe mas ley que la de los narcotraficantes y sus operadores, sino de otras localidades mucho más cercanas del centro de la entidad donde se concentra el poder político del estado, como lo es Cuauhtémoc, ubicado a poco más de 100 kilómetros de distancia de la capital, así como otros municipios que colindan con este localizados al noroeste de la entidad.

El secuestro y posterior asesinato de la joven estudiante del Tecnológico de Monterrey, Andrea Athié Corral, pone en evidencia la maltrecha capacidad de las autoridades locales que no pueden mantener vigilados los principales accesos a la ciudad Capital, no hablamos de los caminos que interconectan a municipios de la Sierra como el de Guachochi a Morelos donde impera la ley del mas fuerte, y no es precisamente la de la autoridad que se ve desplazada por los grupos criminales como en muchísimas zonas serranas. Hablamos aquí de unos cuantos kilómetros que nos distancian de Cuauhtémoc, lo mismo que otros más cercanos como Aquiles Serdán o Aldama, ¿que puede pensarse de aquellos que están a 5 ó 10 horas de la capital?.

Luego de las bravuconerías del propio gobernador Javier Corral Jurado, quien desde su toma de protesta hablaba de espantar o de detener durante los primeros tres días de su gobierno al principal capo de la zona noroeste, Carlos Arturo Quintana “El 80”, lo cual ocasionó que éste cobrara más fuerza al enseñorearse de buena parte de las vías de comunicación de toda esa región, ahora todo aquello se ha convertido en una verdadera zona de guerra en donde ningún habitante puede salir a la tienda o a cualquier lado sin el temor de caer bajo el peso de las balas o verse atrapado en el fuego cruzado por la disputa permanente entre bandas del narcotráfico que se pelean el control de la plaza a su gusto y sin estorbo de autoridad alguna.

La memorable balacera del 19 de marzo en Rubio donde quedaron cientos o miles de casquillos percutidos en las calles donde se dio un fuerte enfrentamiento y donde habrían decomisado horas después unos 15 vehículos de último modelo, varios de ellos artillados, blindados, listos para la guerra; así como varios cuerpos humanos pertenecientes a los grupos que participaron en el combate. Lo anterior se llevó a cabo mientras que el mandatario realizaba una gira de placer por Sinaloa, específicamente en Mazatlán donde se le vio jugando golf en esos momentos, mientras acá arreciaba la violencia; algo parecido a lo que pasó la semana pasada cuando viajó al estado de México a asuntos de campaña, mientras acá se daban con todo los grupos delincuenciales en esa región de Cuauhtémoc, y se daba a conocer la muerte de la jovencita Andrea Athie.

Hay una evidente crisis en materia de seguridad en Chihuahua que el jefe de Ejecutivo estatal no quiere reconocer, al contrario, se esfuerza por minimizarla, por señalara a otros por el gran atraso que hay en ese rubro, por la ineficiencia de sus policías y por los nulos resultados en investigaciones claves para esclarecer homicidios de alto impacto como es el memorable caso de la ejecución de la periodista Miroslava Breach Velducea, corresponsal de La Jornada, ocurrido el 23 de marzo pasado, u otro más reciente, como es el de la esposa del diputado del PT Rubén Aguilar Jiménez quien primero fuera secuestrada varios días; se suma el de Andrea Athié, quien es familiar de destacadas figuras del PRI y empresarios de la zona noroeste.

Pero lo que más me preocupa es la indolencia, la manera de ver las cosas de la autoridad, que no se pone en los zapatos de chihuahuenses, mucho menos de las víctimas de la violencia, así lo demuestran con un discurso fuera de contexto, fuera de la realidad, lo cual lacera a la ciudadanía que vive con el temor por el incremento de hechos violentos, que van desde los robos pequeños a asaltos con violencia, secuestros, extorsiones, homicidios, enfrentamientos masivos entre grupos de los diversos cárteles de la droga y que están a la orden del día.

Una declaración bajo esa perspectiva, es la que dio recientemente el secretario general de Gobierno, César Jauregui Robles, quien en su pequeño mundo feliz no es capaz de ver la tragedia que vivimos los chihuahuenses, y señala que el caso específico del asesinato de Andrea Athie Corral, es un “caso aislado”, cuando todos en la región de Cuauhtémoc, Rubio, Bachíniva, Guerrero y más allá saben de antemano que hay horas intransitables porque sólo impera el gobierno de los delincuentes, muchos ciudadanos son vejados cuando son interceptados por los grupos criminales que instalan retenes donde les place con el consentimiento de las autoridades federales y estatales. Es una declaración lamentable, y más por que el funcionario sabe de los innumerables casos de asesinatos en masa o individuales en la Sierra, por tan sólo transitar en horario inadecuado para los delincuentes.

Me parece que el formulismo que utilizan nuestros gobernantes es irresponsable porque trata de hacer ver el suceso como menor, como insignificante, ante una verdadera crisis que permea por todas partes. Como aquella que utilizó la alcaldesa de la capital, María Eugenia Campos, que corrigió al reportero que le preguntaba su opinión sobre la “ola de violencia” que existe en Chihuahua, ella dijo que no le llamaría “ola de violencia” porque a su modo de ver las cosas, al igual que el secretario general de Gobierno, la situación está muy bien y sólo se trata de hechos aislados. ¡Por favor!, eso es más que una mentada a los ciudadanos que los eligieron, o eligieron a sus jefes como es el caso del funcionario estatal.

Sin embargo, la solución a mi parecer es hasta cierto punto sencilla, se deben hacer los cambios donde corresponde, donde no hay ni habrá capacidad y voluntad para corregir las cosas, y un área fundamental para implementar los cambios es precisamente la Fiscalía General del Estado, donde trabajan a prueba y error y los resultados son fatídicos. Ahí viene la segunda parte de la estrategia fallida implementada por esta área de la administración estatal en donde se pretende tomar el control de las policías municipales en al menos otros 12 municipios, y sin decirles agua va, ya están alistándose para entrometerse en su vida municipal. No hay nada bueno qué decir de los primeros municipios donde se implementó esta estrategia (Casas Grandes, Nuevo Casas Grandes, Madera, Zaragoza, Gómez Farías, y Temósachi), Cuauhtémoc se cuenta aparte porque ahí el operativo entró a medias por la negativa de las autoridades municipales de permitir la invasión de una esfera que no puede con su paquete menos con el de los municipios.

Finalmente debo decir que a pesar de que las decisiones importantes en seguridad no dependen del todo del fiscal creo que no es temprano para pedir que el gobernador Javier Corral considere la idea de darle las gracias ante el fracaso rotundo de seguridad y coloque en su lugar a quien tenga la estatura adecuada para el cargo.

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