Cinco preguntas que debe responder el gobernador

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El gobernador Javier Corral Jurado es un hombre que a lo largo de su historia política ha gustado de las palabras que le endulzan el oído, la lisonja y la nota a su favor. Cuando es así, el autor de dichas palabras o del cebollazo obtienen una expresión de aliento o alabanzas desbordadas del aludido, quien ahora lleva las riendas del Ejecutivo en Chihuahua. Pero cuando las referencias no suelen tener ese sello de empalago, cuando por el contrario señalan los excesos de aquél que se dice excento de ellos, cuando la crítica es negativa y no da paso a los cumplidos, entonces la reacción ya no es tan cándida, aquí la respuesta es ácida y la da en proporción a la que él siente como agresión, aunque puedo decir que las más de las veces supera la proporción. Pero mi opinión puede dejarse en segundo término, quien guste corroborar lo dicho puede echarse un clavado a la hemeroteca y podrá darse cuenta cabal que quien osa ofender el orgullo del ahora mandatario estatal, aún con verdades y hechos comprobables, éste por lo regular reacciona negativamente pues no soporta la crítica por más fundada que ésta sea.

Lo anterior viene a cuento por la denuncia que presentó un servidor la semana pasada en contra del gobernador del estado por haber beneficiado directamente a la familia del síndico municipal Miguel Riggs Baeza, ya que como fue ampliamente publicitado por varios medios de comunicación, el gobierno estatal había otorgado contratos a la empresa Molri Internacional, de reciente creación, por más de 4 millones de pesos, sin la licitación de ley de por medio, fue entregada directamente y las pruebas están a la vista en el mismo portal de trasparencia del Gobierno del Estado, así como en múltiples medios impresos.

La amistad que siempre han presumido Javier Corral y Miguel Riggs evidencian en este caso la tranza a la cual estarían sujetos, además de la obvia y burda forma en que se creó la empresa, a modo del nuevo gobierno, pues abrió sus puertas curiosamente cuando recién ganó el panista la gubernatura en junio de 2016 y en cuanto inició la administración ya estaban usufructuando las mieles del poder.

No quiero abundar mucho en lo anterior, porque el asunto ha sido ampliamente divulgado, lo que sí me parece digno de mención es la reacción que ha tenido el gobernador en este asunto, que es muy parecida a la de las críticas que hablábamos párrafos arriba, aunque este caso es aderezado con una fuerte dosis de cinismo.

Las respuestas que dio el mandatario la semana anterior a los cuestionamientos de los medios por la denuncia que presentamos denotan que el discurso para defenderse de los males y deficiencias que caracterizan a su administración se le ha agotado. Cuando se le pregunta directamente su opinión sobre la denuncia que señala un hecho concreto de corrupción con pruebas y descripciones detalladas, él responde de esta manera:

“Yo creo que es uno de los personajes que está muy acreditado que le sirve al ex gobernador del estado, y mire, la verdad yo no tengo mayor interés en entrar en polémica con un personaje así, yo creo que es a lo que se dedica desde hace ya buen rato”.

¡Vaya respuesta! Aunque respeto lo que el señor gobernador pueda pensar de mí como de cualquiera que no piense como él, en su calidad de ser humano tiene derecho a pensar como quiera de la gente, puede hacer juicios como éste y tratar de defender su causa como mejor le convenga. Pero como responsable de gobernar el estado, como el principal encargado de velar por los intereses de los chihuahuenses, no puede evadirse, creo que debe responder con seriedad a un asunto concreto, de tipo legal, como éste, que merece una contestación formal y no una patraña de declaraciones. No puede salir a parlotear como antes lo hacía cuando era diputado o senador, de ninguna manera, ahora las nuevas condiciones le obligan a responder seriamente a los chihuahuenses, al menos eso esperamos en este asunto que no ha tenido como contestación más que evasivas y confusión.

En otra parte declara que la demanda: “es otra de las vaciladas a las que ya nos estamos acostumbrando, no tienen ningún sustento, ningún asidero, es absolutamente parte de la misma campaña de desprestigio, campañas calumniosas que buscan distraer, confundir. Y no tenemos ninguna preocupación por ningún tipo de denuncias”.

Es decir, que si uno alaba al señor gobernador, uno tiene la razón, si lo criticamos o le señalamos algún exceso como este, entonces ahí no la tenemos, ahí estamos locos, buscamos su ruina o peor, buscamos la ruina del pueblo, como así lo ha tratado de interpretar.

Por lo anterior, me veo obligado a formular cinco cuestionamientos muy concretos al gobernador Javier Corral y que si fueran respondidos seriamente por el mandatario, la verdad en este asunto sería descubierta.  

Primero: ¿Es usted muy amigo de Miguel Riggs? (La respuesta la han dado ambos a través de las redes sociales y es absolutamente respetable su amistad. Lo que no se vale es que los chihuahuenses paguemos por ella).

Segundo: ¿Es cierto que justamente después de las elecciones la hermana y el cuñado de Miguel Riggs fundaron la empresa Molri?

Tercero: ¿De plano el Gobierno del Estado y su área de comunicación social no cree que en todo Chihuahua exista alguna empresa que venda playeras y lonas de buena calidad y precio, como para mejor comprarle a la recién creada Molri Internacional?

Cuarto: ¿Niega usted que su gobierno le haya pagado más de tres millones de pesos a Molri Internacional?

Quinto: Hablando muy en serio. ¿Si estos hechos los hubiera cometido otro gobierno, usted no los habría condenado y calificado como hechos de corrupción, conflictos de interés y hasta competencia desleal para quienes desarrollan actividades similares?.

Gobernador, debe asumir su responsabilidad y responderle a la sociedad chihuahuense como corresponde en este asunto, que es de interés público, por que le recuerdo que es gobernador de todos los chihuahuenses, incluidos los que no votamos por usted.

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Reto de Cuarón: superar la condición de bestia

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El maestro José Vasconcelos nos ha dejado como experiencia, en su basta obra, que quienes se dedican a la importantísima tarea de enseñar, y quienes están encargados de administrar los recursos para la educación (como fue su caso), necesitan entregarse en cuerpo y alma a esa actividad como a ninguna otra, porque el resultado no es otro que la formación de hombres y mujeres de bien, que volverán el día de mañana a practicar lo que aprendieron, y su fruto hablará por ellos, pero también por aquél que en un principio los iluminó o en su defecto, los echó a perder.

“Los educadores de nuestra raza deben tener en cuenta que el fin capital de la educación es formar hombres capaces de bastarse a sí mismos y de emplear su energía sobrante en el bien de los demás”, reza una de los puntos del decálogo de la enseñanza de Vasconcelos.

Ahora Chihuahua, como hace 97 años cuando el maestro ocupó el ministerio de Educación a nivel nacional, mantiene importantes rezagos en esta materia, sobretodo por su amplia geografía, pero por increíble que parezca sigue existiendo una tasa de analfabetismo de un 3 por ciento, es decir, por cada 100 habitantes de 15 años en adelante 3 no saben leer ni escribir, de acuerdo a datos registrados por el INEGI en diciembre del 2015. También falta un buen número de escuelas, a tal punto que se tienen que improvisar aulas a cada inicio de periodo escolar para que los niños no tomen clases a la intemperie en ciudades como Juárez, no se diga en la zona serrana. El aprovechamiento escolar y la alta deserción, sería otros factores a considerar también muy importantes, pero como se dice popularmente: primero que hay que tener gallina y luego pensamos en el caldo.

Por ello es de suma importancia que a quien le corresponda asumir el rol de administrar los recursos para la educación y cultura en la entidad se asuma con esa responsabilidad de ir a tumbar los obstáculos que se oponen a dicha enseñanza, que se imponga, pese a los conflictos presupuestarios, pese a las malas condiciones geográficas y climáticas de nuestra entidad, pese a un sinnúmero de problemas que debe enfrentar, pero si no pueden, si no tienen la capacidad para hacerlo, lo más decente debe ser que renuncien antes de que el problema sea mayor.

Las miradas se centran efectivamente en el secretario de Educación y Cultura, Pablo Cuarón Galindo, quien desde su llegada a dicha posición ha hecho gala de su inexperiencia en el ramo, de su falta de tacto para negociar, para consensar con los trabajadores de la educación y quienes intervienen en esa sensible área de gobierno. Muchos decanos de la educación en Chihuahua lo consideran como una mala copia de los directores de Educación en el tiempo de Francisco Barrio, como Jesús Robles Villa, a quien le tocó estrenarse en esta dirección y su sucesor, César Chavira Enríquez; en general una mala copia de las políticas de Barrio en este rubro donde anduvo dando tumbos todo el sexenio, a la mitad Robles Villa tiró la toalla sin decir más que “renuncio y mi decisión es irrevocable”, las decisiones agitaron tanto las aguas que el final no pudo ser menos que catastrófico. El sexenio de Barrio heredó a los futuros gobiernos la manutención de buena parte del magisterio afiliados a un sindicato estatal (Sección 42) y que podía seguir siendo subsidiado por la federación, pero las políticas erráticas lo llevaron a asumir esta costosa decisión.

Ahora, los integrantes del sindicato de maestros y sus líderes sufren la presión, y por qué no decirlo, persecución por parte del gobierno corralista, a través de Pablo Cuarón y el director de Servicios Educativos del Estado, Manuel Arias, como exigiendo una cuota a los líderes magisteriales, o sumisión perfecta.

Lo curioso de todo es que en estos casi cinco meses del actual gobierno Pablo Cuarón no sólo no ha ido a tumbar los obstáculos para que continúe la obra educativa en estado, sino que está poniendo otros más para frenarla, lo cual parece inconcebible a estas alturas del partido. El secretario de Educación y Cultura en el estado ha estado inmerso en una serie de disputas con los maestros, en broncas con su propia estructura, con la dirección del Colegio de Bachilleres, donde también se revelaron los maestros y personal administrativo por haberles cancelado pagos y derechos, lo cual los orilló  a paralizar actividades en toda la entidad semanas atrás. También se le debe recordar por aquella cínica frase producto de su ingenio o la de su jefe, que insultó y decepcionó a miles de jóvenes que creyeron en las promesas de campañas de Javier Corral, cuando trató de justificar que la universidad no sería gratuita diciendo que esa había sido “una promesa del corazón, no de la razón”, fórmula que volvió a repetir hace unos días como si no supiera que los universitarios y los padres de familia en todo el estado reciben como una bofetada cada vez que lo dice, porque muchos de ellos creyeron en la promesa y por ello votaron por Corral.

Esas son las acciones que mas se le reconocen al secretario de Educación en estos cinco meses, no ha presentado públicamente ni ante los maestros un Plan de Educación para desarrollar los próximos cinco años, ¡está improvisando!, como si fuera experto en la materia; aún los expertos planean su estrategia, mientras que Cuarón pasa los meses pensando cómo obstaculizar la labor de los maestros que no han venerado al becerro de oro, como han buscado que así se haga desde que comenzó la administración.

No hay plan educativo, pero tampoco plan de infraestructura educativa, no se habla de la integración de las nuevas tecnologías de la información, equipamiento, vaya ni siquiera una planificación de capacitación a la planta docente en el estado. No hay nada de lo anterior, solamente hay manejo político, donde por cierto, no está su fuerte.  

Hace unos días, en entrevista publicada por El Heraldo, el secretario pone al descubierto su arrogancia, cuando se le cuestiona por su desconocimiento del tema educativo en el ámbito de gobierno siendo que él fue educado en las escuelas más caras del estado y fuera de el, e ignora por completo las reales necesidades que tienen las instituciones, respondió: “Ni siquiera es tanta la competencia que se requiere en muchas de las instituciones de gobierno, especialmente en esta, es primero querer hacer bien las cosas, segundo, estar apegado estrictamente a una normatividad, tercero tener la intención de que las cosas se hagan con honestidad y transparencia”. No es tanta la competencia a decir de Cuarón, pero en lo que compete a los acuerdos con el sector magisterial está fracasando, en lo que se refiere a la infraestructura y equipamiento está fracasando, en lo que se refiere a la principal función que es la educación, está fracasando.

Es que tal vez el secretario de educación haya creído que las deficiencias escolares se iban a resolver con un cheque o un billetazo donado por los padres de familia como ocurría en su entorno. A estas alturas ya debe estar enterado que acá, a diferencia de allá donde él estudió, hay familias que no tienen ni siquiera para alimentar bien a sus hijos, o para los uniformes, para los útiles escolares, para la cuota de maestros que se siguen exigiendo en muchas escuelas, para tantas aportaciones que exigen sopena de estar señalados por los maestros y la directiva todo el año.

Se necesita en Chihuahua una nueva visión en materia educativa, cuya guía la lleve quién entienda los problemas a los que se enfrenta la educación en México, en Chihuahua en particular, pero que también se entienda con los dos elementos fundamentales de la educación, de lo contrario los esfuerzos que se realicen serán en vano, porque no se puede entender una buena enseñanza sin alguien a quién enseñar, y menos, sin alguien que enseñe.

Concluyo con otra frase del Maestro de América relacionado a la educación que: “eleva el alma y paso a paso la redime desde la condición pasiva de bestia hasta la altura dolorosa pero magnífica del hombre”.

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Una democracia simulada

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La primera oportunidad que se presenta para que los diputados, alcaldes y síndicos se puedan reelegir en nuestro estado, como en el resto del país, tiene un pequeño problema de origen que debe ser considerado por los protagonistas de la política local ante la enorme tentación que representa para los actuales legisladores y funcionarios estrenarse en dicha modalidad, vetada hace mas de un siglo cuando la percepción popular sobre la reelección no era más que perpetuarse en el poder por el poder mismo.  

Los ejemplos más memorables en cuanto a la reelección en nuestro país son las 11 veces que estuvo en el poder el tan excéntrico como repudiado expresidente Antonio López de Santa Anna, quien gustaba jugar con la fuerza política y militar de nuestro país hasta que dejó en manos de los gringos la mitad de nuestro territorio nacional. Benito Juárez García, connotado por la Reforma con la que prácticamente desvinculó el servicio público y educativo del religioso, también repitió en el cargo al menos en cinco ocasiones, el primero de manera provisoria, y los siguientes de forma electiva, el último periodo no lo concluyó, murió al año siguiente de su reelección. El ejemplo de la reelección más ilustrativo de nuestro país es el de Don Porfirio Díaz, quien habría abarcado tres décadas consecutivas en el poder, luego de haber criticado las reelecciones de Juárez, aunque durante el porfiriato estuvo marcado por el desarrollo económico e industrial, la construcción de vías férreas y primeras carreteras, la comunicación telegráfica, entre otros.

Luego sobrevino la campaña antireeleccionista de Francisco I. Madero quien ondeaba a la bandera de “Sufragio Efectivo No Reelección” y con su triunfo murieron las posibilidades de repetir en el cargo, para el caso de los alcaldes y diputados (locales y federales) se obstruyeron las condiciones para repetir inmediatamente después de concluir el cargo, tenían que esperar por lo menos un periodo para volver a competir en igualdad de circunstancias que los demás candidatos. Pero pasaron cien años y poco menos de la década para volver a reactivar esta figura que en junio de 2018 habrá de ver la luz nuevamente en las constituciones locales, avaladas por su puesto por nuestra Carta Magna; momento tan anhelado por aquellos que toda su vida han buscado vivir de la política saltando de una curul local a otra federal, de un lugar en San Lázaro a un escaño en el Senado, y así cíclicamente. Pero también es la oportunidad para los buenos legisladores y los buenos funcionarios públicos que se podrán quedar por lo menos otro periodo constitucional en el cargo, habiendo demostrado capacidad, inteligencia y vocación de servicio, pero sobretodo resultados que deberán ser evaluados por los electores, a quienes les corresponderá darles otra oportunidad en la alcaldía, o en el Congreso local o en el federal.

El problema de origen a que nos referimos al inicio de la presente entrega es precisamente la imposibilidad que tienen los actuales alcaldes, síndicos, diputados locales y federales, de convencer con los hechos a los ciudadanos a los que representan, de que en realidad son buenos para el trabajo. Porque debido a la homologación de los tiempos de campaña para todos los cargos públicos de elección popular, este primer periodo fue recortado a solamente dos años, por lo que a un año y meses de haber asumido apenas el poder ya estarán de nuevo en campañados. Por eso no estoy de acuerdo en que los alcaldes y diputados elegidos el año pasado deban buscar la reelección el año próximo, los resultados deberán ser insuficientes para que el pueblo sepa quien debe repetir y quien no, a mi parecer los actuales diputados, presidentes municipales y síndicos deberán dejarla pasar para que puedan concluir su periodo de dos años, y si con ello muestran resultados a la siguiente elección tendrán cartas suficientes para competir en el 2021.

Con este mensaje, espero que algunos funcionarios aludidos tomen la decisión correcta el próximo año, pero principalmente le apuesto a la reflexión que puedan hacer los ciudadanos y específicamente los electores quienes deberán conocer bien las obras y acciones concretas de quienes actualmente tienen el poder en los ayuntamientos o en el congreso, para determinar si deben o no votar por ellos en la siguiente elección, o quizás coincidan con un servidor y consideren que deberán terminar por lo menos dos años de gestión para saber si son buenos o no.

Ahora bien, la propuesta de reforma electoral que se cocina en el Congreso del Estado en donde se pretende allanar el camino a los alcaldes, en su mayoría panistas, para que también por primera vez puedan hacer campaña pero sin pedir licencia para abandonar su cargo, eso implica un retroceso explícito porque vulnera principios de igualdad en la contienda, donde los candidatos interesados de otros partidos –incluso los propios aspirantes de Acción Nacional– tendrán que ir a competir contra un funcionario con mil reflectores a su alcance, con actividades oficiales que le generarán proyección de su imagen y todo a cargo del erario, mientras que ellos tendrán que sufragar con una pequeña prerrogativa y sus propios recursos toda su campaña, cosa por la cual el PAN, que actualmente tiene mayoría en el Congreso, ha luchado a lo largo de su historia, por su compromiso democrático; votar a favor de una reforma que limita los derechos de los candidatos sería un acto incongruente para los panistas.

La reforma electoral deberá armonizar las leyes electorales locales con las federales que  permiten la reelección en el 2018, deberán reglamentar las nuevas disposiciones, pero por ningún motivo deberá ser un dique para que nuestro estado entre a la modernización del sistema electoral, y que gracias a la evolución de nuestra sociedad se permitirá ahora que haya un premio a los buenos gobernantes.

Sobre esto último debo reconocer que en la reforma electoral federal se pensó en el premio pero faltó el castigo, como la inhabilitación temporal o permanente para los malos funcionarios, como la cárcel inmediata para los corruptos y ladrones; como el señalamiento público a aquellos que no robaron, que tal vez no se corrompieron, pero que prometieron mil cosas en campaña y no las cumplieron siendo gobierno.

Así que bienvenida la modernidad, bienvenida la reelección y adiós a las medidas impositivas que buscan privilegios políticos para los que ostentan el poder, adiós a los malos gobiernos y a malos gobernantes.

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No queremos vallas, exigimos seguridad

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Sorprendente ha resultado este inicio de la administración de Javier Corral Jurado, que en ocasiones da visos claros de estar mal y en otras peor, el tema insuperable para este naciente gobierno es el de la seguridad pública que no terminan por entender; es más, parece que conforme pasan los días las acciones de seguridad se alejan cada vez más de su objetivo y nos dan a entender que no saben ni por donde empezar.

Lo que sorprende no es la corta de entendedera para solucionar el crucigrama que se le presenta al actual gobernador y su gabinete de seguridad sino las simplezas que saca. Mientras que el estado arde en llamas por los constantes homicidios que han registrado un incremento superior al 100 por ciento respecto del mismo periodo del año anterior; el jefe del Ejecutivo estatal en lugar de ponerse a gobernar, a girar instrucciones para solucionar el grave problema de la inseguridad; ¡vaya!, ni siquiera que instruya, pues es evidente que desconoce el tema; tan sólo con que se dedicara a buscar la solución a través de los expertos en la materia, Corral anda en la farándula, presentando libros, haciendo vallas humanas, cosas que resultan hasta ridículas para quien debe estar velando por los intereses de los chihuahuenses y no por sus afinidades ideológicas. Y si esgrime en su defensa alguna justificación en apoyo a los inmigrantes aporreados en Estados Unidos por las políticas desatinadas del loco Donald Trump, hay que decir que la tarea diplomática le corresponde al presidente de la República, a la cancillería y al Senado, no a los gobernadores y menos a los alcaldes.

Por eso, la visita a Chicago que hizo recientemente el alcalde de ciudad Juárez Armando Cabada, y la faramalla política de Javier Corral de hacer una valla humana al borde del Río Bravo, no son más que circo político para desatender sus verdaderas responsabilidades que son el desarrollo social, la obra pública, entre otras, pero sobretodo la seguridad pública, que la tienen en segundo plano.

El gobernador, inexperto en el asunto de la seguridad, se novateó desde el inicio, cuando emplazó en su toma de protesta al narcotraficante apodado “El 40” a desaparecer de Chihuahua a los tres días de que él asumiera la gubernatura, porque simplemente no se la iba a acabar. El mandatario demostró desde el arranque de su administración que carece completamente de una estrategia y de método para atender el problema, y lo que es peor, carece de oficio, pues ¿a quien se le ocurre amenazar a un criminal con esas bravuconadas, como si se tratara de una de sus acostumbradas disputas de palestra legislativa?. Pero también, ¿a quién se le ocurre ir a hacer una valla en la frontera, en un acto de repudio nacional contra los ataques que afectan a los inmigrantes, cuando en el territorio a su cargo han caído asesinados, tan sólo en los cuatro meses que van de su gobierno más de 800 personas, muchas de ellas víctimas inocentes, ajenas al crimen organizado?. En ese mismo periodo del año anterior fueron registrados en el estado de Chihuahua más del doble de homicidios, de acuerdo a datos periodísticos, en donde se destacan los atentados en contra de derecho-humanistas, de periodistas, de agentes policíacos de las distintas corporaciones, empresarios, jóvenes universitarios, de cientos de ciudadanos.

Hay una falta de experiencia para resolver el asunto, es normal, porque Javier Corral no había asumido el papel de gobernante o administrador a lo largo de su carrera política puesto que se la ha pasado de curul en curul, de escaño en escaño, su formación ha sido eminentemente legislativa, eso se entiende pero lo que no es el afán protagónico del mandatario, que al igual que en campaña o durante su prolongada vida legislativa busca involucrarse en temas de coyuntura para figurar, sin que eso le redunde en un beneficio directo a los gobernados. La pasada visita de Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano es una clara señal de lo anterior. El gobernador hasta se presta para ser presentador de libros y para andar conferenciando en temas de índole internacional, ¿y la plaza?, ¿el terruño para el cual fue electo?, ¿Cuando piensa comenzar a gobernarlo?, ¡Cuándo!.

Desgraciadamente regresan los asesinatos a toda hora con características a las del 2009 y 2010, las ejecuciones múltiples, narcomensajes, decapitados, asesinatos en lugares públicos que siembran terror por todos lados; el ingreso de sicarios a hogares como el registrado hace unos días en una casa de la colonia UP San Jorge en la capital, donde fueron asesinados tres personas, entre ellas un jovencito de 14 años. También regresan los secuestros y las extorsiones, que habían permanecido ausentes durante varios años; las corruptelas y excesos de las policías que se vieron coronadas esta semana con la detención de un hombre en Juárez, mismo que fue sometido y minutos después murió a causa de la ignorancia total de los agentes que en lugar de someterlo lo debían llevar al hospital.

El problema no es menor, la incapacidad oficial no debe permanecer así tampoco, porque al gobierno de Javier Corral le quedan cuatro años y ocho meses y al cabo de tales si no hay un reconocimiento de los errores, una corrección de los mismos, y un despliegue efectivo de las fuerzas policíacas a su cargo, principalmente del estado en coordinación con las corporaciones municipales y federales, el caos será el que predomine y todo por el orgullo de un mal gobernante.

Por eso, la crítica debe hacer despertar a quien encabeza este gobierno, que debe poner las manos a la obra y dejar las cosas superficiales para los momentos de tranquilidad, de ocio, esta es hora de trabajar, de poner el corazón y el alma en hacer bien las cosas, cada mala decisión que se toma en el rubro de la seguridad somos los ciudadanos los que pagamos con sangre, por eso es justo reclamar y exigir que el mandatario no acuda a mas cocteles y eventos sociales sin beneficio para los chihuahuenses, que deje la retórica y el uso del púlpito para estar predicando y se ponga a trabajar, que ya no haga más vallas humanas porque lo que los chihuahuenses necesitamos ahora es la seguridad.

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La transformación que México necesita

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Los grandes sueños de los mexicanos solamente han sido posibles, durante toda nuestra historia, a lo largo y ancho de la geografía nacional, por la voluntad y entrega del pueblo a una causa, que ha cruzado la línea de fuego una y mil veces para quitarse el yugo de encima, para expulsar al opresor y a quienes han intentado impedir su desarrollo, para poder vivir en paz y en armonía con nuestras familias.

Es posible ver entonces nuevamente a nuestro México libre de las ataduras que ahora lo aprisionan, como el carcoma de la corrupción alentado por la partidocracia tradicional que promueve y ejercita este vicio del cual ya no pueden desprenderse; libre de la soberbia monumental con que ahora se erigen algunos gobernantes que se sienten amos y señores del espacio que les fue encomendado a través del voto popular; libres de la ineficiencia gubernamental que impide el desarrollo de los mexicanos, que vivimos a expensas de pésimos programas de salud, de mala educación, de deficientes servicios públicos; libres de la sangría recaudatoria a través de inmorales impuestos y contribuciones excesivas, que dejan sin esperanza a la gente para que progrese, y los de abajo piensen siquiera escalar un nivel económico a base de su esfuerzo.

Pero para lograr esos sueños es necesario pensar en grande, porque sólo así se han logrado las grandes transformaciones de México. Andrés Manuel López Obrador, recordó el pasado fin de semana tres de ellas: la Independencia, la Reforma y la Revolución; pero en su visión apuesta a una cuarta, que sería igualmente impulsada por el pueblo y que vería su realización en el 2018, cuando se renueva el Poder Ejecutivo a nivel federal.

Me parece oportuno rescatar algunas expresiones vertidas en aquel evento que para mí marcan el inicio de esa gran trasformación a la que se refiere Andrés Manuel.

En el marco del centenario de la promulgación de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, el dirigente nacional de Movimiento de Regeneración Nacional, firmó el Acuerdo Político de Unidad por la Prosperidad del Pueblo y el Renacimiento de México a través del cual se declaran abiertas las puertas de Morena para mujeres y hombres de buena voluntad: “El 20 de noviembre de 2016, en el Congreso celebrado en la Ciudad de México, los delegados del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) aprobamos la convocatoria abierta a mujeres y hombres, pobres y ricos, a pobladores del campo y de la ciudad, religiosos o libre pensadores, para luchar juntos y lograr, por la vía pacífica y legal, un cambio de régimen y hacer de la honestidad una forma de vida y de gobierno. Llamamos a todos los mexicanos a incorporarse a la gran tarea de transformación nacional, no sólo a simpatizantes y a ciudadanos independientes sino también a los militantes de otros partidos”.

Se habló de la presencia de 50 mil testigos de ese acuerdo, en el Estado de México, y otro tanto registrado en la ciudad de Xalapa, Veracruz, en donde estuvo más tarde ese mismo día. Las imágenes y videos impactantes de ese evento aparecen en las redes sociales de López Obrador, por sí solas hablan del cambio que se avecina.

Se hace énfasis en dar cabida en el proyecto de Morena a los militantes de los partidos, a quienes ocupan la base, porque no son ellos los culpables de la desgracia a la que nos han llevado los malos gobernantes, los malos políticos, sino las cúpulas enquistadas en el poder público y político de nuestro país. Se incluye a los empresarios  y líderes del ramo económico que desean aportar su experiencia y soluciones a los problemas del país; los representantes de los sectores están invitados, nada más los únicos excluidos son los corruptos, los políticos deshonestos que actualmente tienen el poder y no saben que hacer con el.  

Andrés Manuel evocó a un precursor de la Revolución, a quien consideró un dirigente extraordinario y honesto, como lo fue Ricardo Flores Magón, quién decía: “sólo el pueblo puede salvar al pueblo”, frase que se convirtió en el slogan de Movimiento de Regeneración Nacional. López Obrador completó esa frase: “Sólo el pueblo puede salvar al pueblo, y sólo el pueblo unido y organizado puede salvar a la nación”.

El momento era oportuno para recordar que en la redacción de esa Constitución de 1917 quedó establecido que el petróleo y los recursos naturales de México son de la nación, “no de particulares, ni nacionales ni extranjeros”. Y ahora que vivimos momentos difíciles por la incapacidad del gobierno de Enrique Peña Nieto de sacar provecho a nuestros propios recursos, de generar oportunidades para explotarlos mejor, por el contrario se busca la salida fácil al incrementar el precio de las gasolinas, aumentar impuestos, entre otros desatinos que han terminado por hartar al pueblo que ya no soporta más desvaríos, más excesos, más corrupción.

Creo que las condiciones están dadas para que de una vez por todas se dé el cambio que nuestra gente está pidiendo, que el pueblo necesita, porque seguir por esa ruta es garantía de un fracaso mayor, que hoy tiene compostura, el día de mañana quien sabe. Ha existido demasiado saqueo y malas decisiones que ya deben parar.

La locución final de Andrés Manuel, del 5 de febrero pasado es fundamental para concretar esta transformación:

“Es el momento de la acción, ya sabemos lo que se tiene que hacer, ya está definido el proyecto para transformar a México, lo que necesitamos es unirnos y organizarnos para triunfar, que todos ayudemos, que todos formemos parte de los comités de Morena, en las colonias, en los barrios”. Enhorabuena, nosotros ya estamos haciendo nuestra parte.

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Molri: ¿Amanece para todos?

Por Cruz Pérez Cuéllar

Es muy temprano para que en la administración de Javier Corral se comience a hablar de corrupción, de tráfico de influencias, de conflictos de interés. La sola mención de los dos hombres encargados de velar por la integridad del gobierno corralista, César Augusto Peniche y Estefany Olmos, inhabilitados por la Secretaría de Función Pública, generó la semana pasada dudas sobre la real honestidad con que se maneja este gobierno; ahora, con el descubrimiento de un contrato con el que el área de Comunicación Social estatal habría beneficiado a una empresa creada ex profeso para brindarle servicios de propaganda y publicidad, se entiende más claramente que aquello del combate a la corrupción, la erradicación de las malas prácticas de administraciones anteriores, y el uso correcto de los recursos públicos, que tanto pregona el gobernador, están solamente en el discurso, nada más.

Los gobiernos corruptos suelen ser maldecidos por los ciudadanos que se ven afectados por el saqueo, por el robo de sus impuestos, por la traición a su confianza que les fue entregada a los políticos en las urnas, pero cuando éstos llegan a los cargos públicos se aprovechan de ella, y ya sin poder hacer nada únicamente esperan a que termine el periodo para el cual fueron electos. Pero más odioso para los ciudadanos se convierten aquellos políticos limpios y puros por fuera (en su discurso), pero corruptos y tramposos por dentro.

El beneficio directo a la empresa Molri Internacional, creada al mes de que Javier Corral ganó la elección, por Carolina Riggs Baeza y Manuel Molinar Terrazas, descubre el desaseo administrativo con que se está manejando la administración actual, que se suponía actuaría como un buen modelo de la administración pública.

El portal de Transparencia del gobierno del estado de Chihuahua (www.amanecechihuahua.gob.mx), revela que la Coordinación de Comunicación Social contrató a la empresa Molinar-Riggs de noviembre a diciembre pasado y se estableció un pago por 1 millón 668 mil 930 pesos bajo el contrato SH-LR-AD-008/2016, y otro pago por 251 mil 459 pesos bajo el contrato 614/2016. De ello dieron cuenta durante la semana varios medios, pero lo lamentable es la reacción de Palacio de Gobierno, que como hemos dicho en ocasiones anteriores, Javier Corral no es de los que reconoce sus errores, enfrenta a quienes lo señalan, los reta y se va por la tangente.

La decepcionante respuesta que el miércoles pasado dio el titular de Comunicación Social del gobierno del Estado, Antonio Pinedo Cornejo, en rueda de prensa no fue que iniciarían una investigación y aplicarían el posterior castigo a quienes movieron sus influencias (se sabe que Miguel Riggs, síndico de la capital es amigo personal del gobernador Javier Corral) para obtener el contrato de 2 millones de pesos tan solo por un mes de trabajo, nada se habló de enero, para cuando ya habría otro contrato parecido. Y lo peor, negó que él, quien es el encargado de seleccionar a los proveedores de Comunicación Social junto con la Secretaría de Hacienda estatal, conocían la relación familiar de los dueños de MolRi, Carolina Riggs y Manuel Molinar con el síndico de la capital, también desconocía que la empresa había sido creada justamente para proveer al gobierno estatal de materiales de propaganda y souvenires.

También es cuestionable la negativa reacción del jefe de Comunicación Social, quien convocó él mismo a la rueda de prensa y no soportó el cuestionamiento de los reporteros que habían ido a cubrirla, se puso a pelear y discutir con algunos de ellos, en una actitud por demás excesiva por parte de quien debe ser el conducto para llevar la buena relación entre los representantes de los medios de comunicación y los funcionarios estatales.

Es inválida la excusa de no haber licitado a dichos proveedores “porque no hay dinero”, que supuestamente la Ley de Adquisiciones permite, siendo que ésta claramente exige un concurso cuando la compra es superior al millón de pesos, aquí hay un contrato por casi 2 millones, así que se tenía que hacer la licitación.

También me parece inadecuado y hasta ofensivo para los periodistas de Chihuahua, que con el pretexto de los excesos cometidos en pasadas administraciones se siga amagando a los representantes de los medios diciendo que no se pagará publicidad a quienes critiquen al gobierno de Javier Corral, aunque hay que decir que el lenguaje que utilizan es ingeniosamente perverso, le llaman “extorsión” a la crítica mediática y con eso justifican los excesos, como el de la familia Riggs.

Y para que no se diga que se trata de hechos aislados, parece que el modus operandi es y será el mismo durante todo el quinquenio; esta semana también se habló de otro caso, el del monitoreo de medios a cargo de José Luis Muñoz, pactado por 3 millones 79 mil 800 pesos bajo el contrato SH/LR/AD/001/2016. A Muñoz se le relaciona al gobernador como compadre del mismo, y otro benefactor del nuevo amanecer.

El contrato señala que se trata de «Servicios profesionales de monitoreo de los programas noticiosos y de opinión política de radio, televisión, publicidad impresa y de 23 portales digitales en el Estado de Chihuahua, así como y 14 portales digitales que se editan en la ciudad de México».

Si la dinámica es igual en contrataciones de mayor envergadura, sobretodo en la asignación directa para contratos de obra pública, servicios de diversa índole, consultoría y asesoría, entre otros, entonces ¿cuál honestidad y cual combate a la corrupción? Es la misma gata pero revolcada.

Los chihuahuenses hoy más que nunca requieren de un gobierno honesto y trasparente, pero no a conveniencia y en el discurso, sino siempre, en todo y en la práctica, porque si ahora la administración corralista que “no tiene dinero” hace estas cosas ¿qué no hará cuando lo tenga?.

Por eso insisto, le urgen al pueblo herramientas que lo libren de estar sometidos a un mal gobierno, a uno que se decía muy bueno pero que resultó fallido, por promesas incumplidas, por incapacidad para gobernar, para generar acuerdos, u otros; una muy efectiva es la revocación de mandato, y que pueda aplicarse, como en otros países, al año o dos años para los estados y la Presidencia de la República, y no luego tendremos que estar aguantando los desvaríos de un gobierno intolerante, dictatorial o mediocre y sin frutos.

Sugerencias y comentarios favor de hacérmelos llegar a mi correo: cruzp@terra.com.mx

Los zorros al cuidado de las gallinas

Avatar RegistroPor Cruz Pérez Cuéllar

Muy pronto comienza a desmoronarse el castillo de arena en el que el gobernador Javier Corral tiene fincadas sus esperanzas de gobernar, como ningún otro, el estado de Chihuahua. Son varias muestras las que él y su propio gabinete han dado para poder comprobar lo anterior, pero antes me parece oportuno señalar un mal mayor.
Todo gobierno, toda administración pública tiene sus limitaciones y sus debilidades, así como aciertos y fortalezas (pero de esto último ya se encargará su propio panegírico o paleros de hacerlo notar, a nosotros nos corresponde la crítica formal, nunca para afectar la imagen sino para que se corrijan los errores, para que haya un cambio de rumbo ante el descubrimiento de las fallas). Esta condición se percibe desde el momento de la planeación, la administración estatal debió hacer una con su gente cercana, con consultores expertos; ellos saben de antemano las deficiencias, tanto del mandatario como las de su equipo. Sin ser un especialista en el tema, se sabe que es necesario trabajar en consecuencia de dichas debilidades, así como se aprovechan las fortalezas los aspectos en contra se deben combatir, mejorarlos, para convertirlos en oportunidades. Bueno, parece que esta parte no ha sido aplicada en la administración corralista.
Los personajes que fueron invitados a formar parte del gabinete estatal debían ser plenamente revisados, probados, para causar el impacto que el ciudadano requería de su nuevo gobierno. Unos más que otros, porque ciertos secretarios necesitaban demostrar experiencia y capacidad en su área, más una dosis de confianza del titular del Ejecutivo y era suficiente para quedar dentro de la administración estatal, pero otros no podían pasar por ese mismo rasero, ya que la posición los obligaba a demostrar algo más que experiencia y capacidad: aseo administrativo, honestidad, incorruptibilidad, sagacidad, visión, estrategia. Pero les falló el método, hubo dos funcionarios que llegaron al nuevo amanecer con el traje manchado, con un pequeño pero muy significativo historial negro que los perseguía y los alcanzó en los albores de esta administración.
Dicen que para tener la lengua larga es necesario tener también la cola corta, pues aquí no aplica, nada más se aprecia lo primero.
La suspensión que pesa sobre el fiscal general César Augusto Peniche Espejel (por negligencia administrativa) y la secretaria de la Función Pública estatal Stefany Olmos (por no presentar su declaración patrimonial), que fue ordenada el año pasado por la Secretaría de la Función Pública federal habla de una grave deficiencia del gobierno estatal que podría estar incurriendo en otra irregularidad, esta mas grave, al permitir que dos funcionarios sancionados por el órgano de vigilancia (ambos fueron servidores públicos del gobierno de la República) trabajaran en la administración pública ignorando el otro castigo.
Además, no se trata de dos simples funcionarios que bien pueden reemplazarse y luego decir que no pasó nada, que la administración de Javier Corral sigue firme en su propósito de hacer un gobierno honesto y trasparente como ningún otro. No puede ser así, por la simple razón de que justamente los dos señalados, César Peniche Espejel y Stefany Olmos, son los encargados de demostrar esa parte “trasparente y honesta” de la administración estatal, la incorruptibilidad del nuevo amanecer se desmorona por sí sola. El fiscal es quien debía procesar a los malos funcionarios señalados por el mal manejo de recursos públicos, por el abuso de poder, por el cohecho, la sustracción y desvío de capital público de la pasada administración. Olmos, debía investigar a los servidores públicos para fincarles responsabilidades y llevarlos ante la justicia, igual, de la pasada y actual administración. Ambos debían demostrar que el gobierno actual se maneja realmente con rectitud y si hay alguna falla ellos la corregirían; pero la sorpresa es que son ellos los del problema y sancionarse así mismos suena como que en chino.
Si el fiscal general y la secretaria de la Función Pública no fueron capaces de respetar los tiempos que la inhabilitación les ordenaba, entonces ¿que se puede esperar de los asuntos a su cargo?, seguramente los juzgarán con la misma ligereza que los suyos o peor. La generación de múltiples chivos expiatorios y expedientes contaminados sería, por decir lo menos, una constante si se les deja que sigan en el cargo.
Ahora, la responsabilidad del gobernador Javier Corral era conocer ese antecedente y evitar su nombramiento por apego al derecho y respeto a la justicia. Pero digamos que la planeación no siempre se da en los términos planteados y los funcionarios aludidos no fueron del todo sinceros con el mandatario. Entonces los dos habrían cometido una grave omisión a su jefe, quien ahora enterado de los hechos, lo mínimo que debe hacer es expulsarlos de la administración y en congruencia con su discurso de “honestidad y transparencia”, dar cabida a otras personas que sí tengan un historial limpio, y si acaso tienen faltas, que su antecedente no contraste con la función que pretender realizar.
En delante, la administración estatal deberá manejarse con pies de plomo, hablar menos y actuar más, hacer los señalamientos oportunos sin extralimitarse, porque a escasos cuatro meses de iniciada la administración el ciudadano común advierten hoy que los nuevos integrantes del poder Ejecutivo no son tan corruptos pero sí son corruptibles, que no muy malos pero tampoco son santos, que son humanos, que pueden cometer los mismos o peores errores que en el pasado. La muestra de ello está vigente.
Sugerencias y comentarios favor de hacérmelos llegar a mi correo: cruzp@terra.com.mx