Colusión evidente entre AME y Maru Campos

Por Cruz Pérez Cuéllar

Escasas son las oportunidades que la autoridad electoral brinda para que los candidatos a los distintos cargos de elección popular puedan debatir frente a frente, en el proceso electoral actual, la razón puede suponerse pero también me parece que muchos candidatos prefieren no hacer ruido porque temen la confrontación de las ideas, como se pretende en cualquier debate, cosa que es inadmisible puesto que la campaña tiene el propósito de dar a conocer las cualidades de los candidatos, sus propuestas y también por qué creen son los mejores para ocupar el cargo. Ignorar esta máxima indica que ocultan algo, que temen algo o que definitivamente no les interesa enterar al ciudadano de sus propuestas.

Llama mucho la atención que la Asamblea Municipal Electoral de la capital haya programado el único debate oficial en un día que no garantiza la atención de los ciudadanos, que deben ser  la razón de dichos eventos, es decir, el 17 de junio próximo, que es domingo en la tarde y para variar coincide con la festividad del Día del Padre. Y por si no fuera poco, como si se hubiesen esmerado en elegir una fecha con mayores distracciones, también está programado el juego de México contra Alemania, en su debut de la copa mundial de futbol que se llevará a cabo en Rusia, es por la mañana, pero habrá juegos más tarde y los ciudadanos que gustan de ese deporte que son muchísimos, seguramente estarán atentos a dichos encuentros deportivos y sus respectivas celebraciones.

¿A caso se trata de proteger a alguno de los candidatos, disponiendo la realización de dicho debate para ese día y en ese horario?, y si es el caso ¿Se teme a Fernando Tiscareño por el empuje demostrado?, entonces, no es absurdo pensar que la Asamblea Municipal Electoral quiere favorecer a uno o una de los aspirantes a la alcaldía. Estas y otras preguntas surgen luego de analizar el asunto. La actuación del órgano electoral en Chihuahua, capital, debiera ser más parcial, o en todo caso, eliminar la suspicacia con un tipo de logística más adecuada y oportuna.  

Se sabe del empuje que trae el candidato Fernando Tiscareño Luján, abanderado a la alcaldía de la alianza Juntos haremos historia, un joven político que irrumpió en este proceso electoral con propuestas frescas y alejadas de la acostumbrada demagogia partidocrática, lo cual ha gustado mucho a la gente, pero también ha inquietado a sus oponentes políticos, sobretodo aquellos que llevan el sello, por hoy rechazado, de sus patrocinadores, principalmente la candidata del PAN y el del PRI, los demás van de relleno. Los demás candidatos, si en verdad respetaran la democracia, si la amaran como tanto predican, debieran exigir también que el debate sea otro día, en que los ciudadanos puedan escuchar y ver el debate, en el que descubrirán sus buenas propuestas, si las tienen, y pondrán en evidencia sus habilidades pero también sus debilidades, sus defectos.

Este ejercicio es muy necesario para lograr un mayor conocimiento de los candidatos, siempre y cuando se desarrolle en condiciones en que los electores puedan escucharlo y/o verlo, a través de los medios masivos de comunicación. Si no hay condiciones entonces la audiencia será menor y finalmente no se cumplirá con el objetivo del mismo.

Me parece que contribuiría bastante a este propósito la opinión de los ciudadanos, que a través de las redes sociales, de correos electrónicos, pueden señalar las deficiencias de la autoridad electoral, y promover la buena organización de los debates, que éste en específico se reprograme para una fecha más accesible.

Hay seguramente otros aspectos que deben mejorar en torno a los debates, que en lo local mantienen ese formato cuadrado, que impide precisamente la discusión de las ideas y generan un marco para exposiciones tipo escolar, con pocas posibilidades de poner aprueba a los candidatos. La idea fundamental es evidenciar al que no sabe, al que sabe pero que está concentrado en otras cosas menos en el bien común y en la función que pretende desempeñar. Poner al descubierto, en pocas palabras a los buenos y a los malos políticos, porque finalmente serán quienes asumirán las riendas del municipio, de una diputación, de una senaduría o del máximo órgano de responsabilidad política y social que es la presidencia de la República.

Los candidatos al Senado quedamos excluidos de ese esquema, y me parece sumamente absurdo que el Instituto Nacional Electoral no haya considerado el ejercicio para los candidatos a la Cámara Alta cuando la función que vamos a ir a desempeñar es precisamente esa, la de discutir temas de gran relevancia para la ciudadanía. Además que se pierde la posibilidad de informar a los ciudadanos quiénes somos y qué propuestas tenemos para sacar  adelante a un país que necesita legisladores de avanzada, verdaderos representantes del pueblo y no turistas que gustan andar de paseo por el mundo a cuesta de los ciudadanos.  

Y volviendo a los candidatos que rehuyen a su responsabilidad democrática de exigir un buen espacio y una buena fecha para el desarrollo del debate, en este caso para candidatos a la alcaldía de Chihuahua, quiero mencionar que en días pasados varios jóvenes congregados en la organización Café ciudadano, organizaron un foro de discusión entre los candidatos a la alcaldía de Chihuahua, en el Club de Leones de la capital, a donde solamente acudieron cuatro de los seis candidatos, una de las faltantes fue Edith Guerrero, del Partido Nueva Alianza, quien por razones de salud no pudo asistir, de acuerdo a la justificación enviada; la otra candidata que faltó fue María Eugenia Campos Galván quien, sin justificar nada simplemente dejó plantados a los asistentes a dicho foro, que si bien no tenía las cualidades de un debate formal, serviría para dar a conocer el perfil de los candidatos, sin embargo la actual alcaldesa con licencia, decidió no asistir. ¿Por qué?, sólo ella y su equipo de campaña lo saben, aunque fácilmente se puede deducir que no quiere exponerse a la crítica, de tantos errores cometidos en su gobierno.

Me parece que ese es el error de los políticos acostumbrados al escenario a modo, a las entrevistas a modo, a los eventos públicos sin salirse del protocolo; no se diga a los debates a modo, o sumamente cuadrados, donde no se exponen sus verdaderas cualidades. Lo que no saben es que es en la critica honesta, aunque sea cruda, donde encuentran la respuesta a sus peores defectos, a sus deficiencias como funcionarios públicos; desaprovechan terriblemente esa oportunidad, en cambio prestan oídos sordos y rehúyen a las situaciones que les proveen de ese recurso. La crítica sin sentido, la llamada guerra sucia, creo que no tienen porqué preocuparse de ella: es despiadada, es injusta, pero al carecer de todo sentido de la realidad debe ignorarse y su efecto destructor nunca progresa.

Quiero hacer un reconocimiento a la campaña de Fernando Tiscareño Luján, por el entusiasmo impreso y sobretodo por sus propuestas bien elaboradas, que están dirigidas a quienes más lo necesitan, hay algunas que vienen ya prediseñadas en la plataforma de Movimiento de Regeneración Nacional y que todos los demás candidatos estamos impulsando, y con ello, creo que la oferta de campaña para la Presidencia Municipal de Chihuahua es de tal calidad que en muy poco tiempo gran parte de la ciudadanía ha adoptado este proyecto como el mejor, hay muestras de solidaridad y apoyo en cada colonia que visita nuestro candidato.

El tema relacionado a la seguridad es primordial en el proyecto de Tiscareño, nadie se imagina el desarrollo de la economía u otros rubros cuando la inseguridad y la violencia acaparan las primeras planas de los periódicos. La defensa del primer derecho de los ciudadanos, que es la vida, debe ser la principal tarea de toda administración, luego la protección del patrimonio de la gente, de lo contrario no puede haber bienestar, mucho menos hablar de desarrollo.

El apoyo a los adultos mayores, sin duda es una buena propuesta, sensible a las necesidades de los chihuahuenses que saben del abandono a ese sector vulnerable de nuestra sociedad, lo mismo que a los jóvenes que no tienen oportunidades de trabajo, se deben crear las condiciones para que exista la contribución de todas y todos, pero el gobierno tiene que trabajar en ello y no dejar que el asunto se resuelva solo.

Los servicios de recolección de basura, el recarpeteo de la cinta asfáltica, luminarias, mantenimiento a parques y jardines, junto con la inseguridad son pendientes de la actual administración, por lo que en el proyecto de Fernando Tiscareño se están haciendo propuestas concretas en ese sentido, los ciudadanos necesitan algo más que discursos bonitos para creer en los gobernantes.

Felicito también a Fernando por su propuesta de reducirse el 50 % su sueldo cuando gane la presidencia municipal, lo mismo que hacer más eficiente el recurso de la Presidencia, a fin de que el grueso del capital se vaya a atender las necesidades  de los ciudadanos y no a engrosar la ya de por sí abultada burocracia local.

Esperamos que quepa la prudencia en las autoridades electorales y muevan el debate programado para el 17 de junio a una fecha próxima con mejores probabilidades de audiencia, que al igual que ha exigido el abanderado de Morena, quepa también el decoro y la capacidad de los demás candidatos a la alcaldía para que exijan este cambio, con la intención de presentar de mejor manera a los candidatos a la ciudadanía.

El cambio de México está cerca, y muy cerca también la llegada de un mejor gobierno.

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El lado oscuro de la transparencia en Chihuahua

Por Cruz Pérez Cuéllar

Cuando se asume el poder público y se habla de libertad y justicia, pero sus actos para con los sectores sociales son por el contrario restrictivos e ilegales; cuando se habla de desarrollo y progreso, pero en los hechos prevalece la inexistencia de la obra pública y programas sociales; cuando los gobernantes se  regodean por ser transparentes y exigen reconocimiento por esa cualidad que tanto agrada a los ciudadanos hoy en día, pero en la práctica del gobierno existen actos y procedimientos sombríos, acciones que no solo no son transparentes sino que caen en el vicio contrario que es la opacidad completa, el ocultamiento de la verdad… entonces estamos hablando de demagogia pura.

La Real Academia de la Lengua Española define demagogia como la “degeneración de la democracia, consistente en que los políticos, mediante concesiones y halagos a los sentimientos elementales de los ciudadanos, tratan de conseguir o mantener el poder”.

Nada más elocuente sobre lo anterior que lo que sucede en el Instituto Chihuahuense de Transparencia y Acceso a la Información Pública, precisamente en ese lugar que debiera ser el orgullo de la administración pública estatal por demostrar en los hechos los dichos que en la materia vierte el gobernador Javier Corral, en cada foro, en cada oportunidad que tiene para hacer notar las cualidades de su gobierno, a saber: honesto, justo, incorrupto e incorruptible, pero sobretodo, transparente.

Pero como lo dijimos párrafos arriba, se habla de cualidades vanas, que van bien con el discurso, que son parte de una pieza retórica que engalana los discursos, que políticamente sirve de tierra para tratar de sepultar a los enemigos. Y para el caso gubernamental, sirve para vanagloriarse de una serie de virtudes que solamente existen en el mismo discurso.

En el Ichitaip llama la atención precisamente la opacidad con que se maneja en gobierno el tema de la denuncia presentada por Rodolfo Leyva, a quien le fuera arrebatada la presidencia del organismo por una diferencia con el gobernador, pero luego de que la justicia federal exigiera recientemente su restitución, ¿qué sucedió?, se pusieron a confabular los comisionados afines a la línea política del mandatario junto con los operadores políticos del gobierno estatal y actuaron bajo la sombra, para evitar que el otro comisionado regrese a la silla principal del instituto.

Cuando la sentencia del juez segundo de distrito, Arturo Alberto González Ferreiro, señaló que hubo un vicio de legalidad en el proceso de destitución del presidente del Ichitaip, y resolvió señalando que “la justicia de la unión ampara y protege a Rodolfo Leyva Martínez, contra los actos y autoridad señalados en el considerando tercero, por los motivos expuestos en el considerando último de esta sentencia”, se entendía que en apego a la legalidad, a respeto institucional, a la autonomía, se acataría este dictamen y volvería Leyva a la presidencia sin más discusión.

Pero no, la mano que mece la cuna se hizo presente, convocaron a los consejeros del instituto en el propio Palacio de Gobierno, donde cámaras de video captaron a los comisionados a fines al gobernador, encabezados por Alejandro De la Rocha Montiel, al entrar y salir del inmueble, donde se reunieron con el secretario general César Jauregui Robles.

Poco tiempo después de la encerrona, en la sesión programada para regresarle sus derechos a Leyva, los cuatro comisionados, instruidos ya por el operador político del gobernador decidieron dar marcha a tras y solicitar una revisión de la sentencia del juez segundo de distrito para darle largas al asunto y evitar que su compañero llegue a la presidencia.

Eso sí, De la Rocha, renunció a su derecho personal de presentar un recurso de revisión al amparo promovido por Alejandro Leyva, dejó la presidencia, para simular el acatamiento a la sentencia, pero en el fondo se mantiene la sentencia política emitida por el gobernador Javier Corral en contra de quien no se quiso someter a sus exigencias, cuando se entiende que las decisiones del mandatario estatal deben ser ajenas a las que se toman en el Ichitaip, al igual que en todas las instituciones que en la letra se llaman autónomas e independientes del poder político concentrado en el Ejecutivo o en el Congreso o en el Poder Judicial.

Este es un claro ejemplo de que la transparencia de la que habla el gobernador en realidad no está tan clara, se expone en términos bien matizados para que agrade al oído de la gente, y con el pretexto de la misma transparencia se expone a conveniencia a funcionarios anteriores (curiosamente los actuales, a pesar de las innumerables irregularidades encontradas en un año y medio de gestión, no han sido expuestos como se prometió en la toma de protesta de Corral), pero al fin de cuentas está manipulada, no hay congruencia y por lo tanto es falsa y engañosa.

El caso del Ichitaip nos despierta una especial atención porque es el órgano que debiera dar testimonio de que el gobierno estatal y todos los sujetos obligados están cumpliendo con su responsabilidad básica de satisfacer a la ciudadanía cuantas dudas tengan, en cualquier rubro siempre que no se lesione la intimidad de las personas que son sometidas al cuestionamiento, pero por una fobia personal del gobernador, se ha convertido en una maraña de afectos y desafectos, que rayan en la morbosidad, que sugiere desaseo en el fondo y en la forma. Y no es por que lo diga un servidor, los hechos están a la vista de todos.

Además de la incertidumbre generada por el conflicto del Ichitaip, es cada vez más notoria la falta de control del gobierno corralista en el tema educativo, la falta de experiencia y arrogancia para con el gremio magisterial de su secretario de Educación, el empresario egresado del Tec de Monterrey, Pablo Cuarón Galindo, quien no ha vivido en carne propia las necesidades de la escuela pública, han hecho que el problema se agrave.

Dejar sin salario por seis meses y hasta un año a los maestros adscritos a la Sección 42 ( hay que recordar que los que están registrados en la Sección Octava son pagados por el gobierno federal), ora sí que no tiene perdón, porque se sabe por varios medios una serie de frivolidades en las que se les ha ido el presupuesto, y sin tener el pretexto de la obra pública y otros rubros que regularmente consumen gran parte del presupuesto público estatal, no hay excusa para no pagarle a quienes están encargados de velar por la educación de nuestros hijos.

Las manifestaciones desde que comenzó el año se han ido incrementando, no sólo en la capital, sino también en Parral, en Cuauhtémoc y Juárez, las grandes ciudades del estado, pero Pablo Cuarón y el gobernador Javier Corral siguen con los ojos y oídos tapados, prestan atención sólo a los halagos, a los aplausos, pero aquí como en otros sectores están cerrados, y recurren a la única estrategia que les da su escaso oficio político: la de ignorar al pueblo.

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Massive Caller; el promotor de Anaya y Madero

Por Cruz Pérez Cuéllar

En cada proceso electoral surgen distintas y repetidas estrategias para que los candidatos puedan ganarse el favor de los electores. Los cuarteles de guerra de quien va a la cabeza, por supuesto que no les basta presumir el progreso de su campaña sino que inflan los números y se hacen ver ante sus contrincantes, principalmente aquellos que les siguen los pasos, como los inalcanzables. Si por el contrario la desventaja es notoria, disimulan su fracaso y dicen que van a la par del puntero; y quien por lo evidente está muy alejado de los primeros lugares, simplemente opta por generar ruido y decir que va mucho más allá de lo que dice la realidad.

Es el famoso blof que se presenta en cada campaña electoral, puesto que genera la idea en cierta población menos informada de que realmente cierto candidato puede ganar la elección, cuando las tablas no le dan ni siquiera para quedar en segundo lugar.

Me parece que la estrategia puede ser utilizada como ha ocurrido históricamente, como sugieren los estrategas militares, que inventan una apariencia de grandeza para intimidar, para hacer creer al otro que sí tiene condiciones para derrotarle, para infundir la duda donde no debería existir y con todo ello confundir al enemigo. A la hora de la pelea, en el frente a frente la realidad se impone y cada quien se da cuenta de las verdaderas armas que cada uno trae, se disuaden los mitos, se revelan las debilidades y se pone en descubierto las fortalezas.

Un blof estratégico muy bueno que recuerdo, es aquel atribuido al famoso estratega alemán Erwin Rommel, mejor conocido como el “Zorro del Desierto”, precisamente fue apodado así por el gran número de tácticas desplegadas durante la II Guerra Mundial, como cuando en 1941, ante la desventaja numérica, en el desierto de Africa, mandó atar varios arboles y ramas a sus famosos panzers y vehículos blindados italianos, lo cual provocó una enorme nube de polvo que a los ingleses les dio la sensación de un ataque a gran escala, por lo que decidieron evitar la confrontación. Con esta acción salvaron el pellejo, pero hubo muchas otras que sirvieron de ofensiva, que generaron bastantes bajas en el bando enemigo.

En el arte de la guerra como en el de la política se insiste en generar expectativa y mediante algunas acciones cargadas de creatividad se pueden utilizar ciertas artimañas, pero otra cosa muy distinta es la mentira vil, las verdades a medias que tienen como objetivo no el enemigo u oponente electoral sino al ciudadano, a los electores en este caso.

De esta manera puedo asegurar que las acciones emprendidas por el equipo de campaña del aspirante presidencial de la alianza del PAN, PRD y Movimiento Ciudadano, Ricardo Anaya Cortés, a través de la generación de encuestas a modo, que igual podrán confundir a los incautos, no lo pueden hacer con los propios panistas, perredistas o del MC que también ven y escuchan, y saben como se las gastan quienes pretenden apuntalar a su candidato venido a menos luego de la entrampada que se dio con el otro aspirante del PRI, Antonio Meade, por cuestiones de corrupción.

Hay una casa encuestadora, Massive Caller, que está haciendo claramente ese trabajo sucio y cuyos resultados, escupidos con mucha frecuencia, quieren evidenciar que su gallo continúa en ascenso vertiginoso, que Andrés Manuel, nuestro candidato de Morena, se desploma y que las condiciones están dadas para que al primero de julio Ricardo Anaya no solamente alcance al aspirante de la “Alianza Juntos Haremos Historia” sino que lo superará y por  mucho.

En lo local han publicado una serie de encuestas que descubren varias anomalías que se suman a la parcialidad que muestran en las mediciones de candidatos a la Presidencia de la República.

En lo que se refiere a la carrera por la senaduría en Chihuahua, en la que competimos un servidor y Bertha Caraveo, por Morena, han publicado recientemente una serie de datos que se alejan mucho de la realidad.

Primero, curiosamente se solidarizan con el padrino de Ricardo Anaya, Gustavo Madero, antecesor del candidato presidencial en la dirigencia nacional del PAN, quien va junto con Rocío Reza, les dan al PAN un 28.71 por ciento de intención de votos, según datos del 8 de marzo pasado.

Enseguida colocan a los votantes indecisos, con un 21.65 por ciento. Y muy juntos a los candidatos del PRI (Reyes Baeza y Georgina Zapata) y a nosotros de Morena; con un 17.52 por ciento para los primeros, y 17.61 por ciento a los de la alianza morenista. La tendencia propanista, está clara, además del compadrazgo mencionado daré elementos más adelante.

Un absurdo mayor en este ejercicio está en un elemento equívoco, como es la figura del candidato independiente al senado, es equívoco e inexistente, puesto que no hay ningún candidato que esté participando por esa vía en esta competencia, en el estado. A esta figura independiente le dan un 10.36 por ciento. Cantidad que deberá repartirse entre los demás aspirantes. Esto hace inexacto el dato de los candidatos al senado en el Estado de Chihuahua, sin embargo, no es descabellado pensar que la mayoría de esos votantes que dijeron que votarían por un independiente, en la jornada electoral al no encontrar en la boleta ninguno, seguramente se inclinarán por los que no pertenecen a las siglas del bipartidismo.

También quiero pensar que aquellos que dijeron estar inseguros, es decir que no son del voto duro del PRI o PAN, así como de sus partidos coaligados, una buena parte favorecerían a los candidatos de Morena por no estar convencidos de la oferta de los partidos tradicionales, pero en esto último admito que estoy especulando, estamos todavía en la antesala de la campaña.

Finalmente Massive Caller otorga un 4.12 por ciento a “Otros” candidatos que los encuestados propusieron.

Además de lo ya mencionado se sabe que el método utilizado por esta empresa es a través de llamadas a teléfonos de casa, considerando los datos del INEGI podemos decir que apenas un 38 por ciento de la población fue considerada para esta encuesta, nada qué ver con los sectores más marginados o con la clase media baja que en buena medida carece de este servicio. Este es un sesgo que seguramente influyó en los resultados, puesto que se entiende que la población encuestada tiene preferencias distintas, en su mayoría, a la otra parte (un 62 por ciento) que fue discriminada.

Con este tipo de precisiones, me parece que ahora sí se pueden analizar los resultados que cada semana muestra Massive Caller, que a pesar de todos los señalamientos seguirá apuntalando a su candidato preferido. Continuará diciendo que en el 2016 le atinaron a las elecciones de 12 gobernadores, aunque los resultados en el Estado de México como en Coahuila, los fraudes electorales fueron monumentales, el primero en perjuicio de la candidata de Movimiento de Regeneración Nacional y el segundo en afectación al candidato del Partido Acción Nacional. Luego entonces, deducimos no que es una gran encuestadora sino que tiene muy buena suerte.

Me parece que el ascenso de Morena es notorio, pero además existe un buen ánimo de los ciudadanos para con los aspirantes de esta corriente, porque ya están cansados de la respuestas inicuas del bipartidismo, desean el cambio y este tarde o temprano habrá de llegar.

Es importante decir que quienes estaremos en la contienda por parte de Juntos Haremos Historia debemos hacer este tipo de análisis y estar convencidos de que juntos vamos a generar ese cambio, pero antes debemos trabajar no como si estuviéramos 10 puntos abajo, no, debemos trabajar como si estuviéramos 20 ó mas puntos abajo, la victoria tiene que ser contundente para que no haya regateo, y el consabido escamoteo que termina siempre con ventaja para el gran corruptor, el mismo que siempre mete la mano cuando ven la batalla perdida.

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Anaya vs Peña Nieto: un desencuentro pasional 

Por Cruz Pérez Cuéllar

El análisis del pragmatismo político al que se sujetan muchos aspirantes a cargos públicos, hoy en día bien puede servirnos para descartar y contemplar las mejores opciones que tenemos los ciudadanos para elegir a los próximos gobernantes. Hay quienes se exceden, generando cualquier posibilidad, cualquier condición que les permita llegar a su objetivo, sin importar los heridos que dejen en el camino, al fin de cuentas el fin, para ellos, justifica los medios.

Son muy notables aquellos que en determinado momento se ponen a favor de tal o cual reforma, de tal o cual programa de gobierno, dependiendo, claro está, a su estatus político, de la conveniencia del momento. Después, sin mirar atrás, sin escrúpulo alguno se contradicen así mismos y aquello que antes apoyaban ahora lo condenan, no como un proyecto desviado, una iniciativa malograda que merezca un señalamiento medido, proporcionalmente justo, sino como al peor de los programas, a una infame reforma que nunca debió salir a la luz.

Al cabo piensan, que ante una sociedad de memoria de corto alcance, no importa decir una cosa, y luego otra, hacer una promesa y después incumplirla o dejarla a medias. Me parece que son personajes demasiado confiados en sus proyectos, que piensan que los errores del pasado nunca los van a alcanzar. Y así, van sembrando su destino, con la convicción de que están haciendo lo correcto, de que al final habrán de borrarse todos sus pecados, como si no hubiese justicia para ellos.

Esta reflexión creo que es pertinente, porque estoy claramente convencido de que por un lado la sociedad a la que nos dirigimos ahora y que en breve habremos de solicitarle su voto, no es la misma de la década pasada, ni la del sexenio anterior, está más informada y por lo tanto mejor preparada para tomar decisiones de tipo electoral y de otros tipos. Y contravengo a quienes creen que olvidan los dichos, los hechos, las promesas de los políticos en el pasado; ahora la sociedad tiene mas frescos los datos, las tecnologías y los medios de comunicación siempre vigentes, hacen posible que no olviden y en ello llevan la condena los avezados aspirantes a cargos públicos, que tarde o temprano habrán de tropezarse con sus propias palabras, con sus malas obras, con sus planes equivocados.

Por otra parte, esta sociedad es cada vez más reactiva, no se le convence fácilmente, no es sencillo engañarla, por eso la mejor manera de conquistar su ánimo será a través de un historial limpio, de una credencial que resplandezca por su trabajo y capacidad para resolver problemas. La honestidad sobretodo, que convencerá a los ciudadanos naturalmente, quien fuerce y trate de disimularlo, puede caer en la trampa y ser evidenciado a través de las redes sociales, por su pasado equívoco.

La contienda por la Presidencia de la República me parece que es el laboratorio perfecto para ir desmenuzando este asunto. Y quiero centrar el tema en el desempeño del candidato de la alianza  “Por México al Frente”, Ricardo Anaya Cortés, quien ahora trata de asumirse como el principal detractor, la oposición viviente del régimen de Enrique Peña Nieto.

Siguiendo la explicación inicial, de que la postura del político demasiado pragmático es la que en el momento a él le conviene y no la que el pueblo necesita, Anaya, personifica a este tipo de político caprichoso, que al inicio de esta administración federal se vio beneficiado por el denominado “Pacto por México” y la alianza formal que este representaba, junto con el entonces presidente del CEN panista, Gustavo Madero, quien también cedió al canto de las sirenas oficialistas.

Ambos apoyaron los postulados de dicho pacto, reconocieron “los beneficios” de la reforma educativa y con énfasis en la fiscal, no cabían del gusto por la consideración del presidente Enrique Peña Nieto, quien los puso justamente donde él quería, y estos se dejaron querer, ahí están los registros periodísticos llenos de salutaciones, de agradecimientos vanos, de declaraciones cargadas de subordinación. Unos años después trataron de marcar distancia, pero ya era imposible, fue tanto el firteo que muchos dieron por consumado el idilio.

Después de la puja por la dirigencia nacional del PAN, donde el chihuahuense, Gustavo Madero cedió el trono a Ricardo Anaya Cortés y se enfrentaron abiertamente contra el senador Javier Corral (por cierto, en un nuevo revire local lleno de contradicciones, todos olvidaron los insultos inferidos en esa campaña interna que dejó fuera al tribuno quien los acusó de todo; ahora Madero es jefe del gabinete de Javier Corral y éste promotor incansable de Anaya en su propósito presidencial), las condiciones seguían igual, la luna de miel se prolongaba, nunca hubo una postura firme en contra de los excesos de la administración federal, de las corruptelas ventiladas y comprobadas, la oposición panista se centraba en asuntos menores que eran bombardeados con boletines que brotaban al por mayor, pero inocuos en su efecto.

Todavía a finales del 2016, en un intento por reconciliarse Anaya con su padrino político tras graves desencuentros, prodigó en una entrevista con medios nacionales grandes deferencias al chihuahuense, en un contexto que los hermanaba: “Actuó con enorme audacia, valentía y patriotismo, y apoyó las reformas que eran necesarias para el país y que el PRI había bloqueado durante años. El tiempo le dio la razón a Gustavo Madero. Hicimos lo correcto y además crecimos electoralmente, cómo quedó claro en las elecciones de este año, afirmó Anaya Cortés.

En su momento, como diputado federal Ricardo Anaya había alabado el “Pacto por México” por el seguro de vida para jefas de familia, seguro de desempleo, educación con calidad y equidad y la consolidación de sistema de evaluación a docentes. Así como los gobiernos de coalición, el probable cambio de fecha de la toma de protesta presidencial, las reformas relativas al Distrito Federal, reelección de legisladores y un nuevo apartado para los medios de comunicación. El Pacto por México constituye un paso muy importante para la vida política del país, según consideró entonces Anaya, y quedó consignado en muchos medios de comunicación.

Pero ahora que sabe perseguido político, por su interés en la Presidencia de la República, ahora que se ha vuelto contra él el sistema que tanto defendió, ahora que desconoce si la PGR lo tiene como indiciado, procesado, o simplemente como sujeto a una investigación. Ahora su discurso ha cambiado, como ha sucedido anteriormente, y ahora dice que siempre ha sido el opositor implacable del peñanietismo, pero la historia dice lo contrario, no lo es, por lo menos en el último sexenio han sido muy cercanos, amigos podría decirse, lo que pasa últimamente es que los intereses han cambiado y por ello los discursos también. Él fue el principal impulsor de la reforma energética, era una de sus grandes aportaciones al desarrollo del país, ahora reniega de ella, como de la amistad con el presidente. Ahora dice que meterá a la cárcel a Peña Nieto, un servidor lo duda como miles de mexicanos también. El día de mañana quizá lo acompañe en el encierro, los señalamientos hacia él tienen peso y sustento, solamente hay que darle tiempo al tiempo y valor a las palabras del hombre que en su haber hay dignidad y congruencia.

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Tan malo el pinto como el colorado

Por Cruz Pérez Cuéllar

Una verdadera cátedra de involución política nos están dando los alfiles del bipartidismo que aspiran a la presidencia de la República, que durante la última semana han hecho gala de su pobre propuesta política, de su ausente calidad diplomática y de un pintoresco espectáculo que solo provocaría que menos mexicanos se acercaran a las urnas el primero de julio próximo, si no es por la alternativa que ofrece Morena y los partidos coaligados como son el PT y PES.

Tanto el exsecretario de Hacienda y Desarrollo Social Antonio Meade, como el exdirigente nacional del PAN, Ricardo Anaya, se lucieron en los últimos días con una batalla de dimes y diretes entre ambos que han dejado sorprendido a medio país, y pusieron en tela de juicio su capacidad para gobernar, y llevar las riendas de un proyecto tan grande, tan importante, como es el gobierno de la República.

Y no es que haya malestar entre quienes formamos parte del proyecto de López Obrador porque los representantes del bipartidismo se estén dando hasta con la cubeta, las últimas encuestas descubrieron que dicha situación deja prácticamente el camino libre al candidato de Morena-PT-PES, y es obvio porque la gente ya no quiere en el gobierno a ese tipo de políticos que durante décadas nos ha presentado en las boletas el PRI y el PAN, y que dan muestras claras de incapacidad para debatir, para discutir los temas de interés para el pueblo mexicano; dan muestras de la falta de autocontrol. Pero también ponen al descubierto su falta de honestidad, no son capaces de defenderse así mismos.

Vemos con pena que protagonicen esta reyerta, auspiciada por la fiebre electoral, pero aún más por el tipo de señalamientos de corrupción que se restriegan en la cara el uno al otro, como adelantando los tiempos de la campaña, la guerra sucia a todo lo que da.

Anaya es uno de los que llevan la peor parte, las contradicciones y desmentidos lo han puesto contra la pared, sobretodo en el caso de la venta de una nave industrial que habría tenido un costo de 54 millones de pesos; la situación irregular de la empresa que le compró dicha propiedad, fue señalada por Hacienda como “empresa fantasma”; la relación que Anaya tiene o tuvo con el dueño de dicha empresa, ventilada en medios a través de un video, donde se descubre la mentira del aspirante panista que dijo desconocer a dicho personaje de nombre Manuel Barreiro. Los señalamientos a Anaya por tener a su familia viviendo en Estados Unidos, a sus hijos en colegios privados, y llevando una vida que a decir de los que saben sería incapaz de costear si tuviera un desempeño honesto en el servicio público.

El exfuncionario pri-panista o prianista no se queda atrás, ha dejado muy en claro que andar entre lobos lo enseñó a aullar, ora sí que conoce el modus operandi de ambos bandos, sabe qué le duele a cada uno, y lo peor del asunto es que ha sido invitado al festín de carroña con unos y con otros, por ello tiene señalamientos a su papel como secretario de Hacienda, o de Desarrollo Social, o de Relaciones Exteriores. Sus adversarios panistas le conocen bien la movida y no han dejado pasar la oportunidad para evidenciarlo. En fin, tan malo el pinto como el colorado.

A estas alturas, y con el mencionado escenario, el candidato de la alianza “Juntos Haremos Historia”, Andrés Manuel, dicen los expertos, podría irse a descansar y ver los toros desde la barrera, y decir que finalmente su esfuerzo ha rendido frutos, puesto que las condiciones no pintan nada bien para los candidatos del bipartidismo y menos con estos desplantes que los colocan muy por debajo del tabasqueño. Podría con toda tranquilidad tomar un buen cuenco de palomitas y disponerse a ver a distancia los agarrones entre Meade y Anaya, entre Meade y los priistas renegados que no lo ven con respeto porque su sola figura desanima a aquellos que siempre han visto a uno de los suyos como candidato presidencial y este no es ni de aquí ni de allá (coqueteó primero con el PAN y ahora con el PRI), así lo presentan como candidato externo, desanima a los priistas que querían ver a su gallo con un buen discurso, al menos con un buen respaldo de marketing que a la manera de Peña Nieto en el 2012 pudiera cubrir las apariencias y simular que sabía gobernar, Meade ni siquiera eso.

Sorbeteando un coco con ginebra desde la playa, Andrés Manuel bien podría ver las respuestas que en su defensa da Anaya ante las acusaciones de Meade, pero también la brega que padece el expresidente panista con sus propios correligionarios que se muerden entre ellos para conseguir un hueso en San Lázaro, en el Senado, en los congresos locales y cientos de cargos públicos que están en juego. Sufre las de Caín ante quienes serpentean su candidatura, ante los zopilotes azules que esperan que caiga ante la descarga de la batería tricolor, y porqué no decirlo, azuzada por los propios panistas que quieren posicionar a otro desleal competidor.

Pero muy al contrario de lo que muchos se imaginan, el candidato de Morena, no dejará pasar la oportunidad para acercarse más a la gente que también ve y juzga estos hechos, buscará afianzar sus números para que la ventaja de la victoria no sea mínima y corra el riesgo imaginado. El triunfo debe ser contundente para que en ello vaya implícito el mensaje de la ciudadanía que está harta de tantas pifias de los políticos de siempre y finalmente haya un nuevo gobierno, que cuente con el respaldo del pueblo y represente el azote de los corruptos.

Sugerencias y comentarios favor de hacérmelos llegar a mi correo: cpc16169@gmail.com

Gobernador antimunicipalista

Por Cruz Pérez Cuéllar

Muchos políticos de nuestro país han luchado por esa idea romántica de un perfecto federalismo, que considera un poder central pero que reparte facultades, y por supuesto, recursos a las entidades federativas para que en su conjunto hagan transitar a toda la república hacia un Estado pleno, que resguarda a su principal bien que son los ciudadanos, que otorga derechos y distribuye responsabilidades, que en todo momento busca disociar la idea adyacente de la descentralización, que no pretende la separación sino la equidad.

Esa lucha perdura desde el siglo XIX, cuando fue erradicado el modelo de gobierno monárquico y lo suplantó este otro republicano, cuya evolución ha costado la vida a muchas generaciones de hombres y mujeres valerosos que entienden como principal factor de progreso en este sistema político, la unidad seguida de la cooperación y colaboración entre la unidad central, en este caso el gobierno federal, y quienes poseen el gobierno de las entidades subnacionales, los estados.

Me parece que la tribuna legislativa ha sido el mejor medio para discutir estas cosas a lo largo de doscientos años, donde se presenta la visión de puritanos del derecho y opiniones menos alumbradas por la teoría y más agraciadas por la razón, así como otras posturas que poco o nada han contribuido pero que son escuchadas para el enriquecimiento del debate. El legislador por excelencia tiene la oportunidad de señalar y de generar propuestas, no puede poner en práctica sus propias iniciativas, a menos que el destino le tenga un espacio reservado en la silla gubernamental, donde deberá cambiar su postura de “señalador” y aplicarse a una función distinta que es la de poner en práctica aquellas leyes que le fueron conferidas por el parlamento al que antes servía.

Este es el caso del gobernador de Chihuahua, Javier Corral, quien luego de un cuarto de siglo de fungir como legislador las circunstancias lo llevan a asumir la gubernatura del estado, y que recientemente le ha dado por exigir una justa distribución de los recursos federales a los estados, y hay que decirlo, no lo hace de la manera tradicional, es implacable contra quien considera diezma los recursos del estado, más recientemente, tras el acuerdo logrado con la Secretaría de Gobernación, y la entrega de 900 millones de pesos, se ha erigido como el gran defensor de los estados y ahora busca crear un pacto nacional que revise las condiciones de inequidad en el reparto de las aportaciones y participaciones federales.

Hasta este punto pocos le ven problema al asunto, al contrario, se nota un defensor de los recursos que corresponden al estado, no importa el modo del reclamo, lo importante es que se recupere lo que nos corresponde por derecho.  Pero, ¿quién advierte lo que sucede al interior del estado?, ¿cuántos municipios creen que se ven afectados por la actitud centralista del gobernador?, ¿cuáles han sido las acciones para remediar la histórica inequidad en la distribución de los recursos hacia los municipios?… ¿qué no dicta la máxima: el buen juez por su casa empieza?.

En total incongruencia con la exigencia que hace el gobernador en el plano nacional, haciendo el ruido mediático para que todo mundo voltee a ver la clase de compromiso que la federación tiene con nuestro estado, el gobierno de Javier Corral da trato de perro a varios municipios que no le son afines políticamente y que tiene prácticamente a raya; la gran mayoría de los alcaldes como es de suponerse prefieren guardar silencio, otros, como el de ciudad Juárez, a pesar del maltrato presupuestario, de la ausencia de apoyo en temas fundamentales como el de la seguridad, la nula obra pública tan necesaria para el desarrollo de una ciudad abandonada por muchas administraciones, a pesar de eso Armando Cabada prefiere agachar la cabeza y disculparse ante el mandatario estatal por la nota que salió publicada en un periódico impreso donde se informaba de un importante recorte presupuestal para este año para la frontera.

Para que le cumplan al gobernador, organiza marchas, protestas, va desvelado a entrevistas matutinas con medios nacionales, mueve las influencias a su alcance para que sus amigos le den espacio en medios nacionales (un buen número de medios de comunicación nacionales publican constantemente los excesos del mandatario chihuahuense y éste los señala de extorsionadores). Organiza mítines y reuniones con líderes nacionales para que le hagan segunda, pone todos los medios a su alcance para hacer notar la injusticia que se comete contra el estado.

Pero en lo local, al interior del estado, ahí sí las reglas cambian, para los municipios no hay equidad, a unos da y a otros quita, ahí está el ejemplo de Juárez que le fueron recortados 37 millones de pesos para pavimentación y en otros rubros existe incertidumbre que se cumpla lo prometido.

Por cierto, en ciudad Juárez como en la capital, el gobernador había prometido “justicia” para ambos municipios a los cuales prometió que regresaría el control pleno de las juntas municipales de aguas y saneamiento. Ya pasó un año y meses, y no hay indicio alguno de este trámite. Todo parece indicar que se trata de otra promesa del corazón, como la universidad gratuita y muchas otras promesas que se quedaron en otra pifia más del mandatario.

En estos momentos debería hacer realidad todo aquel sinnúmero de iniciativas que Ramón Galindo presentó cuando fue senador y diputado federal, cuando se desvivía por el “municipalismo” y el “federalismo” que no se le caían de la boca. Ahora, que es nada menos que el representante del gobernador en Juárez, debería dejar a un lado las poses y trabajar en serio por los juarenses.

Pero la verdad de las cosas es que ni Ramón Galindo desde su zona de confort creada al cobijo del corralismo, ni el propio Javier Corral han querido poner en práctica lo que tanto han reclamado al PRI en el gobierno federal durante sus años de tribunos. Una cosa es la exigencia categórica y firme, de los recursos que les corresponde a ellos, y otra muy distinta es responder a los municipios con la pasión que les caracteriza y la generosidad de la que tanto han hablado.

Juárez no es el único municipio afectado, los demás no pueden cantar victoria porque aunque coincidan partidariamente con el mandatario, no hay obras que merezcan mención, y menos un trato digno, como el que exige con tanta vehemencia al gobierno federal.

Javier Corral quiere para sí justicia, y de la buena, y los demás que se rasquen con sus propias uñas, sobretodo aquellos que no le siguen el juego, que no gastan suela en sus marchas o se dejan aburrir en sus peroratas oficiales, aquellos que no le hacen reverencia y hablan bien de él. Ay de aquél que se atreva a contradecirlo, se arriesga a ganarse su desprecio y con el ser víctima de abandono.

Respecto del método de exigir al gobierno federal lo que le corresponde a Chihuahua, ya lo había dicho en este espacio y lo digo de nuevo: si esa es la forma adecuada, entonces que se manifiesten también en las plazas de sus municipios las decenas de alcaldes que no han recibido una sola visita del mandatario desde hace un año y tres meses que asumió, que no han recibido las participaciones correspondientes o que han sido amedrentados con el consabido estilo de dictadorcillo de Corral.

Que se manifiesten y hagan marchas a la Capital del estado, que inunden los espacios noticiosos para que les cumplan los compromisos, tanto en obras públicas, como programas de gobierno, no mañana o pasado, sino ¡hoy!, al estilo corralista. Ni más ni menos, que se utilice la misma vara que usa el gobernador para exigir, para arrebatar lo que le toca.

Ese es el verdadero municipalismo que procura el gobierno de Javier Corral quien exige a su vez un federalismo inmaculado, perfecto, aunque él no predique con el ejemplo.

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Reyes Baeza, ¿y la Estafa Maestra?

Por Cruz Pérez Cuéllar

Una crítica bien construida contra la corrupción es quizá la bandera política más efectiva para enarbolar en el proceso electoral de este 2018, así lo entienden quienes ya han usufructuado electoralmente con el tema, pero no es una cuestión de pose, no se trata de colocar el tema en el mensaje que se transmite o transmitirá en campaña, porque es aquel que las encuestas te marcan como el más provechoso para captar la atención del electorado, o porque así lo dicta la propuesta principal de la consultoría contratada, hacerlo por esa razón tal vez funcione un tiempo, pero luego se desvanecerá la euforia del adalid y luego sobrevendrá el vacío.

El asunto en cuestión requiere de un verdadero convencimiento del problema, estar consciente del daño que ha hecho y sigue haciendo a todos los mexicanos, hablando del sistema político actual, tan corroído precisamente por ese cáncer. Y cada vez que se haga un señalamiento se debe documentar y hablar con los pelos de la burra en la mano, como vulgarmente se dice, para poder convencer y no únicamente para convertirse en un apóstol sin causa, en una monserga que únicamente genere molestia pero que nunca va más allá del mero señalamiento.

Pero entremos en materia, porque el asunto da para mucho de qué hablar, sobretodo en estos tiempos donde el acuerdo, el cochupo y la tranza son hasta presumidos por gobernantes y servidores públicos cínicos, quienes con un vómito de discursos marean a la gente que termina confundida y en ocasiones cae en la trampa, de creer bueno al malo  y viceversa. El mundo bocabajo, pero esa es parte de la artimaña.

Me parece que es oportuno señalar un dato excesivo y por ello es necesario recapitularlo, sobretodo ahora que se están registrando funcionarios públicos con licencia o exservidores públicos que dejaron una estela de corruptelas o señalamientos de corrupción a su paso por la función pública.

Me quiero referir específicamente al recién renunciado Director General del ISSSTE, José Reyes Baeza, quien dejó el cargo para inscribirse como precandidato al senado por el Partido Revolucionario Institucional, pero que en su papel como funcionario federal fue dejando muertitos que ahora le reclaman su entera atención.

El caso más sonado, que consta de miles de millones de pesos y que a pesar del estratosférico monto del desfalco ha tenido muy pocas explicaciones y menos acciones legales en contra de los involucrados, es el de la mega Estafa Maestra, sacado a la luz en septiembre del año pasado y donde aparece Baeza Terrazas como uno de los involucrados, pesan sobre él señalamientos graves.

Derivado de una serie de reportajes, se descubrió el año pasado una estafa articulada entre 11 dependencias federales e instituciones educativas de nivel superior, el monto asciende a más de 7 mil millones de pesos, unos 3 mil 400 de los cuales desaparecieron por arte de magia, porque fueron entregados a empresas fantasmas por dependencias como el Fondo de Vivienda del ISSSTE que dirigía Reyes Baeza antes de ocupar la dirección del instituto.

Las investigaciones documentadas por el portal de noticias Animal Nocturno y la organización Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad (MCCI) señalan de este multimillonario desfalco a la Secretaría de Desarrollo Social, durante la gestión de Rosario Robles; Banco Nacional de Obras, que estaba a cargo de Alfredo del Mazo, actual gobernador del Estado de México; a la Secretaría de Educación Pública, cuyo titular era Emilio Chuayffet; la Secretaría de Agricultura, cuando despachaba Enrique Martínez; el Instituto Nacional para la Educación de los Adultos, con Alfredo Llorente Martínez al mando; el Registro Agrario Nacional, con Manuel Ignacio Acosta Gutiérrez; la Secretaría de Comunicaciones y Transportes con Gerardo Ruiz Esparza como secretario, y la Secretaría de Economía, con Ildefonso Guajardo; así como el Servicio Nacional de Sanidad, Inocuidad y Calidad Agroalimentaria.

Petróleos Mexicanos es el otro involucrado, con Juan José Suárez a la cabeza, en los tiempos de Felipe Calderón como presidente (El reportaje señala que el modus operandi se ejercita de la misma manera desde el 2010); y finalmente el FOVISSSTE, con José Reyes Baeza como titular.

Ciertamente Pemex y Sedesol son las paraestatales que se despacharon con la cuchara grande, la primera con 3 mil 576 millones de pesos que fueron pagados a empresas fantasmas o irregulares, que no prestaron el servicio, o se prestó a medias o a través de intermediarios; la segunda con 2 mil 224 millones de pesos.

El FOVISSSTE en acuerdo con la Universidad Autónoma del Estado de México habrían defraudado con 223 millones de pesos; en total al FOVISSSTE Y SUPERISSSTE se les suman 249 millones de pesos.

Es importante destacar que la Auditoría Superior de la Federación reportó que los contratos otorgados a 186 empresas que habían sido contratados por las 11 dependencias, 128 presentaban irregularidades, entre ellos el de la mancuerna entre el Fondo de Vivienda del ISSSTE y la UAEM. A pesar de ello y de comprobarse que se entregó un recurso millonario a empresas que no prestaron el servicio, el titular de ese entonces fue premiado con la titularidad del ISSSTE, y ahora su partido lo premia una vez más con la candidatura al senado en primera posición.

Esta es la forma que el sistema utiliza para reconocer el trabajo de un funcionario señalado por corrupción, que sin dar respuesta satisfactoria a las acusaciones de malversación de fondos, se le sigue incentivando, se le impulsa hasta que el sistema mismo lo aborte.

Pero también hay otra forma de impedir el ascenso de los funcionarios que han sido marcados por la corrupción, y que por una u otra razón no han podido justificar el desvío, y esta ya no depende de la voluntad del sistema, que a su vez es corrupto y corruptor, sino de la voluntad del pueblo que se impone y se lo impide en las urnas.

Por ello hago la invitación abierta a la ciudadanía en general, para que revise este asunto con detenimiento, con objetividad y a partir de ello se tome la decisión correcta, ante acusaciones tan graves a un exfuncionario público y en contra parte respuestas tan simples, tan carentes de credibilidad.

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