Democracia de mediana estatura

Por Cruz Pérez Cuéllar

Siempre he sido agradecido con la vida, con Dios, porque uno propone muchas cosas y a final de cuantas el Creador de todo lo que hay quien dispone de ellas y de nuestro destino.  Después de haber participado en el pasado proceso electoral en donde los resultados fueron más que inesperados, pero a final de cuentas muy elocuentes porque reflejan un sentir ciudadano, nos encontramos muy contentos por los logros obtenidos y agradecidos con los chihuahuenses por la miles de puertas que nos abrieron, por miles de corazones que se sinceraron con nosotros y pudimos escuchar sus propuestas, sus necesidades, sus preocupaciones… todo es una experiencia increíble que llevaré conmigo siempre. El resultado y las circunstancias no nos amilanan, por el contrario, nos animan a seguir adelante, a redoblar esfuerzos.

La cosecha electoral para Movimiento Ciudadano ha sido tremenda, pero de eso nos ocuparemos en otra entrega ya que es necesario que las aguas vuelvan a su cause para concentrarnos de nuevo en esa situación, antes creo prescindible tratar un aspecto importantísimo para el crecimiento de nuestra democracia que, en lo relacionado a las campañas falta mucho por avanzar y muchos errores que corregir.

Por ejemplo, hay un esquema diseñado para las campañas electorales en México que necesita cambiar, porque está desgastado, es insuficiente para dar a conocer a los próximos gobernantes, tal es el caso de los debates que en la pasada contienda para la gubernatura y para las alcaldías sólo fue autorizado uno solo. Estamos hablando de una democracia a medias que dista mucho de las democracias europeas o la norteamericana donde, forzosamente el aparato electoral o el arbitro de las contiendas tienden a organizar tres, cinco, diez o mas debates entre los candidatos a cargos de elección como las alcaldías y la gubernatura.

Porque es bajo esa figura como se puede dar a conocer mejor a los aspirantes a cualquier cargo de elección, no a través de la entrevista o el spot publicitario, sino a través del debate para el cual, por mas preparación que tenga el candidato, por más frases que se haya aprendido de memoria para, quizá, tratar disfrazar sus deficiencias intelectuales, su falta de discurso o su ayuno de ideas, siempre saldrá una parte de su verdadero yo y es así como la gente quiere ver a quienes pretenden su voto: desnudos ante el público, sin más parafernalia ni mercadotecnia política que sus propias armas, su conciencia, sus capacidades y sus defectos.

Es un ejercicio sano que merece ser incluido no como una opción para los candidatos y los partidos que los promueven, sino debe estar normado a fin de que los ciudadanos tengan todos los elementos necesarios para decidir. Un solo debate en una campaña aún para la alcaldía o diputaciones es irrisorio para las condiciones actuales. En Estados Unidos, entre agosto de 2015 y mayo de este 2016, tan sólo en la contienda interna para elegir candidato del Partido Republicano se han celebrado 13 debates, la mayoría televisados, con lo cual al ciudadano de Norteamérica le queda claro quienes son y como son los candidatos de esa opción política; claro, estamos hablando de mucho tiempo, pero aquí también nuestro sistema electoral emplea bastante para elegir a candidatos de los partidos, y luego hay otro tanto de campañas constitucionales, donde al menos se debieran aplicar unos tres o cuatro ejercicios de estos para que el ciudadano califique, juzgue, y no tenga oportunidad a equivocarse; es decir, que vaya a ciegas a la urna el día de la elección y se decida en ese momento por alguien que “posiblemente” puede hacer lo mejor por su ciudad o estado, o por quien le “late”; o votar por cualquiera, nomás para que no gane el de siempre. Me parece que nuestro sistema nos ha orillado a esta manera de concebir la manera de seleccionar a nuestros gobernantes, para evitarlo es necesario dar a conocer de cuerpo completo a los que aspiran, y descubrirlos en público dos, tres, cuatro o más veces a través de la comprobada eficacia del debate público.

Hay otro elemento que es indiscutible su modificación: las prerrogativas de tiempo aire en radio y televisión, porque la forma en que se reparten atenta contra el principio de equidad en las contiendas electorales en Chihuahua y en todo México, ya que las leyes locales se circunscriben a las generales. Y si no hay equidad entonces también podremos decir que se le está mintiendo a los electores a quienes no se les deja ver quienes son sus candidatos, sólo unos cuantos, los que tienen el poder económico, los que gozan del influyentismo político, los que han mantenido en sus manos toda la vida la llave para promoverse ellos mismos y evitar que otros lo hagan.

En Chihuahua, en la pasada contienda electoral, se expidieron varias centenas de miles de mensajes de radio y televisión para promover a los candidatos a los distintos cargos de elección que estuvieron en disputa. Únicamente, en la campaña en la que yo participé, la de gobernador, puedo decir sin temor a equivocarme (porque he consultado los datos oficiales sobre la proporción de mensajes para uno u otros candidatos) que por cada 10 impactos de radio o televisión que promovían la imagen de Javier Corral o de Enrique Serrano, sólo se pautaba 1 para un servidor como candidato de Movimiento Ciudadano, cosa parecida sucedía con los candidatos de los demás partidos que nunca han tenido el poder y por ende no pueden acceder a más que unos cuantos segundos en radio y TV diarios, en cambio los otros dos circulaban frecuentemente en horario AAA en una completa desigualdad en la competencia.

Habremos de promover una reforma a ese respecto, porque la repartición de espacios no puede estar dependiendo del resultado de la última elección, en ese tenor no habrá nunca igualdad en las contiendas, no habrá competencia y el resultado será igual: siempre ganarán los candidatos de los mismos partidos.

Si se ha ganado el derecho de participar en una elección, entonces es justo que todos los partidos, los de mayor votación y los de menor, en la pasada contienda electoral reciban por ley la misma cantidad de espacios en la pauta de radio y televisión. Y si se considera, de acuerdo al marketing tradicional, que dice que cualquier producto que se venda a través de estos dos medios y se esté repitiendo constantemente será más fácil que se conozca y quizá sea comprado por los clientes, entonces es determinante que se abra la llave parejo para todos los candidatos, porque hasta hoy la competencia es injusta y no puede llamarse equitativa, sobretodo si a eso le sumamos la enorme diferencia de recursos económicos que reciben también como prerrogativa los partidos políticos grandes, entonces debe darse la reforma a las leyes electorales para que en las próximas elecciones se vaya subsanando estos pendientes de nuestra democracia que le queda a deber mucho a los ciudadanos, que ahora  supone un avance en esta materia con la figura de los candidatos independientes, posiblemente los más dañados por las consideraciones actuales de la ley electoral, lo cual los pone en una gran disyuntiva difícil de superar.

Miles de spots de radio y televisión para dos de seis candidatos a la gubernatura y un solo debate en toda la campaña hablan de la inequidad en Chihuahua, del intento de democracia con el que seguimos eligiendo a nuestros gobernantes.

Sugerencias y comentarios favor de hacérmelos llegar  a través del correo: cruzp@terra.com.mx