Nos dice aldeanos y nos quiere tratar como estúpidos

Por Cruz Pérez Cuéllar

El próximo martes se cumplirán ya 3 meses de que el Congreso del Estado aprobara la deuda pública por más de 20,400 millones de pesos, solicitada con mucha insistencia por el gobernador Javier Corral Jurado, quien explicaba directamente o a través de sus “expertos” en finanzas públicas que era urgente que el Legislativo aprobara el nuevo empréstito porque el gobierno estaba pagando el equivalente a 1 millón de pesos diarios por concepto de intereses y no podía sostenerse tal situación. Aquí cabe hacer un paréntesis; el gobernador en alguna ocasión mencionó que el monto era de unos 700 mil pesos diarios, mientras que su director general de Egresos, Eduardo Fernández Herrera, declaró que era un millón, según la nota manejada en la página del gobierno del estado, y que se puede consultar en la siguiente liga: http://www.chihuahua.gob.mx/con-renegociacion-se-ahorraria-un-millon-de-pesos-diarios-en-pago-de-intereses. Por la experiencia del funcionario de Hacienda y la falta de conocimiento de las finanzas públicas del gobernador, creo que debemos hacer caso al experto en el tema.

Una vez explicado lo anterior, sabemos entonces que la semana próxima habrán de cumplirse 90 días, desde que fue aprobada la reestructuración de la deuda en septiembre pasado, lo que equivale a 90 millones de pesos tirados a la basura, de acuerdo a la misma información que el mandatario utilizara para calmar el señalamiento mediático por la repentina solicitud de deuda pública, después de tantos años de señalar con dedo de fuego a los gobiernos que se atrevían a solicitar prestado, aunque fuera para cumplir el mismo propósito que él argumentara ahora, reestructurar la deuda.

Pero la prisa de pronto se acabó, después ya no hubo ruido, tal vez porque el objetivo de la deuda se había alcanzado, pero lo que no se entiende es que permanezcan así, sin mover un dedo, porque entendemos que la deuda avanza y los intereses se siguen cobrando. Al menos en dos ocasiones el propio gobierno del estado ha postergado la subasta de la deuda, dejando vestidos y alborotados a los banqueros que están interesados en el proyecto de reestructuración, pero, con la mano en la cintura y como si el dinero nos sobrara, el gobernador Javier Corral simplemente aplaza los momentos para la negociación, pero sin decir nada, sin explicar porqué razón tira un millón de pesos diarios. ¿No que la austeridad sería la otra faceta de este gobierno?. Pues no, era solo discurso.

Y si este tema de la deuda pública y la falta de escrúpulos para tirar tanto dinero a la basura a algunos les parece excesivo, me parece que no es lo peor, considero que lo que escuchamos esta semana que termina, de la propia boca del gobernador, es una de las peores sandeces que ha dicho, y miren que ha hablado mucho y durante bastante tiempo.

Ahora resulta que debemos estar agradecidos por su benevolencia, puesto que aseguró que los partidos políticos que coinciden en el Frente por México: PAN, PRD y Movimiento Ciudadano, le suplicaron que fuera candidato a la presidencia de la República de dicha alianza, pero como está tan concentrado en su función de gobernador de esta aldea, les dijo palabras más, palabras menos, que no, que no es su momento y que se dedicará en cuerpo y alma a su presente actividad, que apoyará al presidente nacional del PAN, Ricardo Anaya Cortés.

Me parece que los chihuahuenses, realmente somos concebidos por Corral como “aldeanos”, hay que recordar aquella frase hiriente pero nacida de lo más profundo de su ser, que articulara hace unos meses luego de que fuera criticado por haber traído a departir a sus compas de la izquierda y de otras corrientes, a un evento costeado por todos los chihuahuenses: “Los chihuahuenses no únicamente debemos ser actores de los trascendentales cambios por venir, sino ser punteros. El Encuentro Chihuahua fue un gran paso para dejar atrás al aldeanismo político que nos había caracterizado”, dijo en aquel entonces.

Con ese desprecio ahora nos trata como estúpidos al decir que era el elegido, como si ignorásemos lo que sucede en el resto del país, sobretodo el agandalle de la candidatura presidencial de Ricardo Anaya, quien hizo todo lo imposible para quedarse como el ungido del frente, compartiendo algunas migajas a los aliados, pero demostrando que él siempre tuvo la intención de hacerse de la candidatura, desde que llegó a la presidencia nacional del PAN hizo lo necesario para ello, los spots desde entonces no dicen otra cosa. No en vano recorrió medio país en agosto, cuando vino al mencionado Encuentro Chihuahua convocado por Javier Corral en palacio de gobierno, sino para hacerse notar, para aprovechar este escenario. O ¿alguien duda que si Corral tuviera posibilidades de la candidatura presidencial hubiese venido a reforzarlo su principal adversario al interior del PAN?.

Decir que tanto el PRD, MC como el PAN le pidieron ser el candidato y luego rechazarlo, es decir que él no es Corral, pero también es una grave ofensa a la inteligencia de miles de chihuahuenses que votaron por él y creen en sus promesas de campaña, en su oferta política, y muchos en su oferta ideológica. También es una ofensa para los que no votamos por él, por quienes no creemos en sus promesas, pero que vivimos en Chihuahua y confiamos en las instituciones. Es una ofensa para aquellos que le es indiferente la política, la partidista y la oficial, aquellos que ni en el mundo lo hacen, aun siendo gobernador, pero que también son chihuahuenses, que merecen respeto y un gobierno que vea por sus intereses.

El gobernador Corral extralimita sus funciones y subestima la inteligencia de los chihuahuenses, que si bien, creyeron que podía representar el cambio, creyeron en tantos compromisos de campaña pero ahora una buena parte se encuentran desengañados, convencidos del error, de haber apoyado su causa y ahora estar recibiendo trato de aldeanos despreciados, por un citadino que se siente superior a cualquiera y por encima de los mejores.

Me parece que cada vez somos más los que levantamos la voz para decir lo que esta mal aquí, las redes sociales, aquellas que tanto presumía el propio Corral, son un fiel reflejo de lo que estoy diciendo, cada vez son más los que le echan en cara su falta de compromiso e incumplimiento de promesas de campaña; aquellos que le reclaman estar organizando carreras pedestres por todos lados en lugar de resolver tantas necesidades en la entidad, la más apremiante, la de inseguridad; los que le recuerdan su promesa de hacer justicia y combatir la corrupción, cuando sus funcionarios se ven envueltos en constantes señalamientos relacionados a este mismo mal.

El próximo año habrá una oportunidad inmejorable para poder decirle a Corral y a Peña Nieto que no son superiores a los chihuahuenses, que son servidores públicos y se deben completamente al pueblo. La mejor manera de hacerlo será en las urnas, a través de la gran elocuencia del voto, libre y secreto.

Sugerencias y comentarios favor de hacérmelos llegar a mi correo: cpc16169@gmail.com