Por Cruz Pérez Cuéllar
Para que la patria no siga sojuzgada por los mismos intereses políticos, que por lo regular es la corrupción; para que el futuro de nuestros hijos esté garantizado y no prevalezca la incertidumbre que actualmente permea en la mayoría de los mexicanos, es necesario, es urgente, que en los próximos años miremos al otro extremo, que nos decidamos a cambiar. Porque estamos conscientes que de los resultados de los gobiernos emanados del bipartidismo son iguales, adolecen de las mismos vicios, y por lo tanto, incurren en las mismas deficiencias, por ello me parece que ha llegado el momento de hacer las cosas diferentes, para que también las consecuencias sean otras. Creo que hay alternativas dignas de ser exploradas, aprovecho este espacio para mencionar una de ellas.
Hace unos días fue celebrado en la ciudad de México el Segundo Congreso Nacional Extraordinario de Movimiento de Regeneración Nacional, encabezado por Andrés Manuel López Obrador, donde fue aprobado el Proyecto Alternativo de Nación 2018- 2024, y en el cual se incluyen cincuenta puntos que atienden las principales necesidades de la sociedad, relacionados al desarrollo social, pero principalmente a atender de fondo el problema de la pobreza en el país; el de desarrollo económico que anuncia una apertura singular a la iniciativa privada como nunca antes; seguridad sin mas armas pero sí con una mejor capacitación de los cuerpos policíacos y de políticas que eliminen la connivencia de las autoridades y la delincuencia organizada; de apertura comercial y expansión no sólo con Estados Unidos sino con países de América Latina, de África, Asia, entre otros.
De la amplia lista hay varios aspectos que me parecen fundamentales para iniciar con el verdadero cambio que el país necesita y que no son una simple propuesta de campaña sino una cirugía profunda a los males que aquejan a nuestra nación, por eso lo comparto, porque creo sinceramente que la solución a nuestros principales problemas como nación está de tras de estos puntos.
La revocación de mandato signada en el punto número 12 me parece una medida que elimina por completo aquella maldición que cada sexenio se repite y que al pasar el primer año de gobierno, cuando los resultados son nulos, las deficiencias brotan por todos lados y la corrupción le aflora a los gobernantes, el mexicano de abajo simplemente se limita a agachar la cabeza, a lamentar la decisión que tomó un año antes en la urna y hace votos de paciencia para aguantar todas las tropelías que se avecinen en el resto del periodo presidencial. Eso ya no sucedería, de ganar la propuesta de Morena en el 2018, ya que a los dos años de iniciado el sexenio se pondrá en práctica un plebiscito nacional para que los mexicanos decidan si el presidente, o el gobernador, debe seguir en el cargo o debe dejarlo, ya no tendrán que soportar las deficiencias, corruptelas, inaptitudes de los malos gobernantes.
Junto con lo anterior se propone la eliminación del fuero constitucional, que es aquella protección irracional en la cual se atrincheran los diputados locales y federales, los gobernantes de los tres niveles de gobierno y cometen toda clase de abusos pero estando en el cargo no pueden ir a la cárcel, también en el Proyecto Alternativo de Nación, queda descartado este privilegio.
Más adelante se propone otra medida que junto a lo anterior dignificará la figura presidencial, tan sobrevalorada por los políticos de siempre, que hacen ver al presidente como a un rey, a un soberano en un país pobre. La austeridad republicana que implementaría Morena no quedaría únicamente en el nombre porque claramente se habla de que el próximo presidente ganaría de sueldo la mitad que gana actualmente Enrique Peña Nieto, que dejará los vuelos privados, utilizará vuelos comerciales y viajará por carretera; dejaría el séquito de funcionarios y a los militantes que forman parte del Estado Mayor Presidencial, quienes serían reintegrados a la milicia para que sirvan a los mexicanos y no a una sola persona. En general, quitar todos los privilegios que tiene la nobleza presidencial para impulsar un nuevo rostro, mas adecuado a las condiciones de los mexicanos, sin tanta parafernalia y jolgorio, que refleje la austeridad que debe imperar en todo el gabinete.
Es característico de este proyecto la defensa que procura la plataforma política morenista a favor de los que menos tienen, por ello en el tercer punto se habla de permitir a todos los mexicanos el desarrollo de cualquier actividad económica, pero nunca fuera de la legalidad ni en menoscabo de los pobres, que son millones de mexicanos. Para ello se plantea una mejor distribución de la riqueza, el replantear la coordinación fiscal que hay en los estados, y darles más capital a las entidades federativas, reducir el gasto corriente a niveles históricos y generando oportunidades de empleo bien remunerado. Para una economía pujante, donde la frontera norte se vea beneficiada con incentivos fiscales, que por intereses ocultos siempre han prometido los gobernantes estando en campaña pero nunca han querido poner en práctica, como la zona franca en Juárez, libre de impuestos, a fin de procurar la instalación de mejores empresas, que otorguen mejores salarios y generar las condiciones para que las que ya están instaladas reciban beneficios no para seguir incrementando sus capitales, sino para incrementar los salarios de los trabajadores, comenzando por los del sustrato inferior.
Un elemento que refleja la madurez política del proyecto es el que se refiere a las reformas estructurales impulsadas en el actual gobierno de Enrique Peña Nieto, que tienen impacto en la educación, en la fiscalización, en el plano electoral, en el energético, y en muchos otros. López Obrador, en la presentación de este plan resaltó que de ganar las elecciones Morena en el 2018 no daría reversa a las mencionadas reformas tan llevadas y traídas en este sexenio, sino que ello se lo dejará a la voluntad popular, por lo que las someterá a consulta y mediante ese recurso se quedarán aquellas que la gente y los sectores quieran y eliminará las que sean descalificadas por sus efectos nocivos. Desde mi punto de vista la Reforma Educativa sería la primera que saldría volando.
En cuanto a la relación con Estados Unidos, el gobierno impulsado por Morena no destronará los vínculos porque de esa misma relación se sustentan miles o millones de familias mexicanas; debe quedar en claro que quienes cruzan sin papeles al vecino país, no es por gusto sino por una necesidad imperante, de buscar un ingreso que aquí no pueden tener y por eso tienen que emigrar al otro lado. La prepotencia y actitud negativa del próximo presidente norteamericano Donald Trump, no tendrá un reflejo en la diplomacia mexicana sino, que se buscarán puntos de coincidencia y trabajar en ellos no donde no los hay.
En el punto 24 del plan se atiende un aspecto que por décadas ha sido el tema de discusión, el de los hidrocarburos. No puede ser posible que siendo un país petrolero a nuestra gente le cueste muchísimo las gasolinas, y todo tipo de hidrocarburos. Morena plantea reducir los precios de la gasolina, diésel, energía eléctrica para uso doméstico, lo cual inmediatamente impactará en beneficio de las familias mexicanas.
El estudio y el trabajo para los estudiantes estará garantizado por el estado (punto 39), una propuesta que ningún otro partido ha presentado, porque implica romper con las ataduras que tienen muchas instituciones educativas, el crear mas infraestructura educativa y generar condiciones de trabajo, como nunca en la historia de México.
En fin hay una luz de esperanza en el proyecto morenista, que me parece la oportunidad de cambio que nuestro México necesita. Finalizo con un fragmento del punto 50 del Proyecto Alternativo de Nación, que sintetiza el sentimiento del proyecto de Morena: “Por eso nuestra propuesta para lograr el renacimiento de México tiene el propósito de hacer realidad el progreso con justicia y, al mismo tiempo, auspiciar una manera de vivir sustentada en el amor a la familia, al prójimo, a la naturaleza, a la patria y a la humanidad”.
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