Gobernador electo: ¿Dictador con piel de demócrata?

Avatar RegistroPor Cruz Pérez Cuéllar

“Cuando los poderes Legislativo y Ejecutivo se hallan reunidos en una misma persona o corporación, entonces no hay libertad, porque es de temer que el monarca o el senado (en nuestro caso los gobernadores o el presidente de la República) hagan leyes tiránicas para ejecutarlas del mismo modo.
Así sucede también cuando el poder Judicial no está separado del poder Legislativo y del Ejecutivo. Estando unido al primero, el imperio sobre la vida y la libertad de los ciudadanos sería arbitrario, por ser uno mismo el juez y el legislador y, estando unido al segundo, sería tiránico, por cuanto gozaría el juez de la fuerza misma que un agresor.
En el Estado en que un hombre solo, o una sola corporación de próceres, o de nobles, o del pueblo administrase los tres poderes, y tuviese la facultad de hacer las leyes, de ejecutar las resoluciones públicas y de juzgar los crímenes y contiendas de los particulares, todo se perdería enteramente”. Charles de Montesquieu (1689-1755).

La anterior extracción de la obra máxima de Montesquieu: “El espíritu de las Leyes”, es ni más ni menos la dosis necesaria de conocimiento para cualquier gobernante en funciones o en vísperas de asumirlas, porque aunque conocedores de las leyes en teoría, en la práctica inmediatamente se les olvidan; porque siendo celosos defensores de la Ley con la palabra, o en su caso con la letra, vienen a dar de sí, muchos de ellos, cuando tienen el poder en sus manos. Así la historia está plagada de ejemplos y así en la actualidad misma muchísimos son tentados a violar las leyes para acrecentar su poderío en completo menoscabo del pueblo que los eligió.    

En nuestro país, como en cada una de las entidades federativas, la división de Poderes otorga la armonía que el pueblo necesita para poder desarrollarse, crecer y fortalecerse como nación. Y en la medida en que la federación y los estados respetan la autonomía e independencia de los tres poderes, en esa misma medida se desarrollan, crecen y fortalecen los estados y el país entero.

Pero cada sexenio o cada periodo de gobierno, las fuerzas políticas predominantes, concentradas principalmente en el bipartidismo ancestral en México: PRI y PAN, han intentado romper con la concordia dispuesta en las mismas leyes, por una misma razón: la ambición de poder. Y muy a menudo caen en la tentación de acaparar a las otras fuerzas que giran en su entorno o que están a su alcance, así sucede cuando los gobiernos locales concentran las decisiones en unas manos, en las del jefe del Ejecutivo, por lo regular.

El próximo gobierno de Javier Corral Jurado, está obligado (al igual que todos los nuevos gobernantes que se estrenan este año en el país) a respetar la división de poderes, la autonomía de las instituciones que como tales figuran en la ley, pero sobretodo él, quien a lo largo de su trayectoria legislativa de casi 30 años, se ha dedicado a marcar con tinta roja, los excesos de los gobernantes a nivel municipal, estatal y federal, por lo común priistas, pero también a los de su propio partido.

A estas fechas debiera dar señales de que su gobierno se diferenciará de todos los anteriores, precisamente por el respeto irrestricto a la división de poderes, a la autonomía de las instituciones que constitucionalmente no estarán bajo su mando, a la libertad de expresión; pero no es así.

Desde los tiempos de campaña, el gobernador electo propuso que de ganar la gubernatura las colegiaturas e inscripciones en preparatorias y universidades públicas serían gratuitas, como si de él dependiera la rectoría de las universidades o las direcciones generales de las preparatorias. Esto generó ya la primera fricción con el rector electo de la Universidad Autónoma de Chihuahua, Luis Fierro, quien consideró prácticamente imposible eliminar las colegiaturas, ya que la subsistencia misma de las facultades y en general de todas las unidades académicas dependen de ese recurso, ya que tienen que pagar sueldos a maestros, servicios públicos, obra, etcétera.

Al gobernador electo no le quedará de otra más que dedicar recursos estatales para subsidiar a las universidades que son autónomas y que no dejarán de cobrar sus cuotas tan sólo por que un personaje ajeno a ellas prometió que las eliminaría para ganar más votos en campaña. Pero se debe recordar que una de las crisis financieras que tiene el gobierno del estado se debe en buena medida al rubro del sector educativo donde tiene que pagar sueldos a miles de maestros, por lo cual su gasto para Educación se le dispara a casi un 40% del total del presupuesto anual (60 mil millones, aproximadamente). Esta fue una medida adoptada curiosamente en el gobierno de Francisco Barrio. Ahora Corral tendría que hacer lo mismo, asumir el gasto de las universidades en total perjuicio de las finanzas estatales, y todo por una intromisión en los asuntos de las universidades que son autónomas o deberían serlo.

Pero una intromisión más grave sería aquella que se pretende al meter mano en la selección de jueces del Poder Judicial, o en la de reformar al Poder Judicial por voluntad de quien será el titular de uno de los tres poderes. Así fue percibido por, varios magistrados ante los comentarios vertidos la semana pasada por el próximo gobernador cuando el Tribunal Superior de Justicia del Estado dictaba los lineamientos para la selección de jueces definitivos para unas 60 salas en el estado.

En su propia página de Facebook dejó la constancia: “Es evidente que urge una reforma integral al Poder Judicial en Chihuahua que le devuelva su autonomía e independencia”. Ya antes, en esa misma publicación, se había vacunado ante la sabida intromisión en un área que no sería (una vez tomada la protesta como gobernador) de su competencia reformarla, o tratarla como hermano menor porque está a la par del Ejecutivo. En esa publicación escribió: “La división de poderes no debe ser obstáculo para que con todo respeto, pero también con toda franqueza señalemos el deber que tienen los magistrados de garantizar y fortalecer la autonomía del poder Judicial”.

La Constitución Política del Estado de Chihuahua, en su Artículo 31 hace una clara precisión de la forma en que deberá gobernarse nuestra entidad, mismo régimen que el utilizado para el gobierno Federal: “El Poder Público del Estado se divide para su ejercicio en Legislativo, Ejecutivo y Judicial, y se deposita: El Legislativo, en una Asamblea que se denominará “Congreso del Estado”; El Ejecutivo, en un funcionario que se denominará “Gobernador del Estado”; y El Judicial, en un “Tribunal Superior de Justicia” y en los jueces de primera instancia y menores.

Y con mayor precisión ese mismo artículo prohíbe a continuación el acaparamiento que el Ejecutivo o cualquier otro Poder haga de los demás: “Nunca podrán reunirse dos o más de estos Poderes en una sola persona o corporación, ni depositarse el Legislativo en un solo individuo”. De tal modo que como lo advierte Montesquieu, el espíritu de nuestras leyes protegen de la tiranía a nuestro pueblo, de cualquiera que en su discurso hable de democracia y pluralidad, y con los hechos intente imponer su voluntad, a la manera dictatorial.

Estamos hablando de una postura que puede adoptar el futuro gobernador, no es un hecho. El problema es que si todavía no asume como Gobernador y ya está dictando instrucciones a los otros poderes, se puede presumir que hay en él intención de involucrarse. Esto sin que se entienda que un servidor ignore la necesidad de hacer cambios en el propio Poder Judicial o en el Legislativo, incluso en el mismo Gobierno del Estado, pero la manera correcta no es la que ha dejado entrever quien fue electo como responsable del Ejecutivo por los próximos cinco años.

Por último, me quiero referir a otro asunto que también da mala espina para la concordia política y social de los próximos años. Javier Corral, desde conocido su triunfo se ha erigido como el Atila del siglo actual, que viene a arrasar a los corruptos, a los corruptibles, a los impíos y pecadores, a los que en años anteriores no le siguieron los pasos como diputado federal o como senador, o como diputado otra vez y como senador dos veces. Es cierto, no se le puede negar la habilidad que ha tenido para crear escenarios en torno a un tema polémico, que incluso pudo ser hasta ingenioso, pero de ahí a que todos los sectores estén obligados a darle cobertura, a prenderle una veladora o levantarle un altar, está muy equivocado.

Con una actitud totalmente revanchista viene pregonando que acabará también con la corrupción en los medios de comunicación locales, que a diario tacha de mentirosos, de oficiosos, de haberse llenado las bolsas de dinero público en contubernio con el PRI-Gobierno. Desde hace casi 20 años, el gobernador electo ha estado inmerso en el tema de medios y ha estado incidiendo en la manera de cambiar el esquema mediático, sobretodo lo que tiene que ver con el dispendio en la publicidad gubernamental, y ahora ve el momento apropiado para hacerlo, desde Chihuahua, pero no con una actitud de bien común, que también predica a diario, sino de venganza, por tantos años de haber navegado contracorriente, sobretodo con los medios locales, que a su parecer han estado a merced de los gobiernos en turno.

Lo lamentable es que su encono contra los medios de comunicación raya en el exceso, hasta de llegar a criticar la opinión de los propios medios, cuyo salvoconducto es y siempre ha sido la Libertad de Expresión y la Libertad de Prensa, derechos a los que con mucha frecuencia acude el propio Corral, pero cuando se trata de una contradicción o mala nota, ahí no hay libertad de expresión que valga, ahí hay contubernio, corrupción y medios a modo del gobierno.  

Con esa claridad lo dejó ver hace poco, con sus comentarios, cuando en varios medios se habló de la salida de Francisco Barrio del equipo de transición para realizar un viaje. Mas que el duelo por la supuesta calumnia que argumenta, revela total intolerancia el gobernador electo:  “La campaña de distorsión da lugar para que la gente observe como de aquí en adelante no sólo se me criticará cualquier cosa, sino las mentiras y calumnias de las que seremos objeto, exactamente por los mismos que no tocaron a Duarte ni con el pétalo de una rosa. Para fortuna nuestra son los medios que cuentan con el menor prestigio y credibilidad entre los chihuahuenses”.

Y más adelante irrumpe con esa cualidad que no acepta critica alguna y no permite la opinión contraria: “No nos vamos a dejar extorsionar por ningún medio de comunicación; por eso debemos reforzar nuestro vínculo de información, retroalimentación e intercambio verdadero que son las redes sociales, nuestra ventana libre y libertaria para asomarnos y decir la verdad”. 

Con estos ejemplos, en próximo gobernador se asoma esa actitud de dictador que no le conviene a nadie, porque un gobernante controlador puede hacer mucho daño, dividiendo a la sociedad; en lugar de una postura conciliadora, de acuerdo, enseña los dientes en señal de que será él y su santa voluntad. No es un hecho que así vaya ser su gobierno, el problema es que lanza mensajes en ese sentido que lo confirman, y si por la víspera se saca el día, la gente ya puede ir sacando sus conclusiones.

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