Por Cruz Pérez Cuéllar
El manejo en la política actualmente produce sensaciones tan dulces como amargas, tan agradables y placenteras como funestas y tormentosas, tan increíbles como peligrosas, y quienes deciden entrarle a ese juego suelen muchas veces quedarse en la parte elevada y gloriosa del vaivén de ese columpio, pero una de las reglas no escritas en la propia política es que esa situación de elevación siempre, siempre, regresa al incauto a posición más baja; de ahí la comparación con ese juego de parque de jardín que en ocasiones eleva al único participante y la misma inercia lo devuelve no al estado inicial sino más atrás, sobretodo si tiene tras de sí a alguien que lo impulsa para que agarre más vuelo.
Bueno, no es que de repente a un servidor le haya sobresaltado la nostalgia, no es así, porque como dije líneas arriba, todos en este juego, sin excepción alguna, tarde o temprano vuelven a su condición original, pero quienes no toman las debidas precauciones, su retorno se vuelve mucho mas precipitado y en esa misma proporción se da el golpe, tras la caída final.
Algunos se imaginan varios casos locales que les queda muy bien la analogía, pero me parece que en este momento hay un modelo excepcional en el ámbito nacional que merece nuestra atención por el impacto que causará en dos personajes de las más altas esferas políticas de nuestro país, y ya en su momento nos podríamos remitir a uno o varios casos locales, donde también hay tela de donde cortar.
Hace unos días surgió en el mundo de la política nacional una información que ha trastornado los proyectos políticos de una mujer que un día aspiró a ser presidenta de la República, sería la primera, pero un complot en su contra auspiciado por su propio partido la llevó al extremo de la derrota, precisamente en el 2012, hablamos de la excandidata presidencial Josefina Vázquez Mota quien en esos comicios, tras ser abandonada por el expresidente de su partido Felipe Calderón y parte de su estructura, se desfondó y se fue al tercer lugar en esa elección con la obtención del 25.41 % de los votos emitidos; en tanto que su mas cercano competidor fue Andrés Manuel López Obrador y no Enrique Peña Nieto, el primero con el 31.59 % de los votos y el segundo con 38.21 %. Tras no poder repuntar el gobierno, de su propio partido, habría pactado con el tricolor para evitar la llegada del tabasqueño. De acuerdo al análisis que hace el periodista Álvaro Delgado, en El Amasiato, de reciente publicación (mayo de 2016).
Lo interesante de esta historia no es ese primer vaivén de Josefina, que primero fue ungida como la única candidata que podía asegurar la continuación del PAN en el poder, y luego, su posterior caída, en la cual quedó demostrado que no sólo no pudo sino que fue la peor. Nos referimos a otro vaivén más reciente que es muy probable tenga que ver con ese desenlace del 2012, donde ella habría dado su brazo a torcer por quienes llegarían después a Los Pinos.
El punto es que Josefina Vázquez Mota después de recuperarse de la derrota, en el 2013 se reunió con gente muy cercana al presidente Enrique Peña Nieto, (¿quien más cerca en ese entonces que el secretario de Hacienda Luis Videgaray Caso?), le ofrecieron apoyo para resolver sus problemas, y todo parece que les tomó la palabra al momento porque muy pronto se vio reactivada no desde el aspecto político partidista, sino en el político social.
Pero fue exactamente el 19 de febrero de 2015, de acuerdo al reportaje publicado hace unos días por la Asociación Mexicanos contra la Corrupción y la Impunidad, cuando se acordó que el Gobierno de México apoyaría a asociaciones en Estados Unidos que estaban bajo el mando de Juntos Podemos en México, de Vázquez Mota. El monto inicial que se giró fue por 26 millones 113 mil 800 dólares, que equivalen a unos 414 millones de pesos. El recurso se dirigió a las asociaciones que supuestamente apoyan a los migrantes mexicanos allá, una de ellas se denomina AEM-USA Foundation y la otra Parents Alliance Inc., ambas están respaldadas por la Asociación de Empresarios Mexicanos que opera en la Unión Americana desde hace décadas y la cual tiene su sucursal en México, Juntos Podemos.
En este año las empresas de la excandidata presidencial, con el pretexto de apoyar a los migrantes mexicanos en Estados Unidos habría recibido otros 486 millones de pesos, con lo que se acumula una bolsa total de unos 900 millones de pesos en dos años para una sola organización, cuando un fragmento de esa cantidad se destina a todas las asociaciones registradas en ese ramo.
Además se sabe que “Juntos Podemos”, en el vecino país y aquí mismo, recibe otras aportaciones millonarias por parte de la Iniciativa Privada, lo cual hace más lucrativa la acción de esta organización con aparentes motivos altruistas pero poco trasparentes, y por el contrario, con un manejo muy discrecional.
Hasta aquí el negocio estaba muy bien, porque independientemente de todo, el recurso es cuantioso y muy generoso por parte del gobierno federal en México que operó esos apoyos a través de la Secretaría de Hacienda que dirigía hasta hace unos meses Luis Videgaray y la Secretaría de Relaciones Exteriores, a través de Ernesto De Lucas Hopkins, entonces director del Instituto de los Mexicanos en el Exterior. Pero el asunto debía permanecer reservado para que la panista siguiera en su camino político, donde figura como puntera en las encuestas previo a la renovación (en el 2017) del gobierno del Estado de México, la revelación de estos datos, que no podían haber salido a la luz pública de otra parte sino de la propia SHCP o de la SRE, que estaban enterados del asunto, ponen al descubierto su contubernio con Enrique Peña Nieto, quien representa al partido de su principal competencia en la búsqueda de la gubernatura en el Estado de México. De aquí en delante Vázquez Mota será señalada por su relación con su principal oponente, su credibilidad ha caído hasta el suelo, pero ¿hasta donde impactará positiva o negativamente esa relación?; que igual en ese vaivén agarra vuelo de nuevo y se convierte en la candidata no sólo del PAN sino, por debajo de la mesa, también del PRI.
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